Policía

Como un set de filmación

El subcomandante Galeano retoma el análisis zapatista sobre una hecatombe mundial en puerta. Axel Pedraza
El subcomandante Galeano retoma el análisis zapatista sobre una hecatombe mundial en puerta. Axel Pedraza

A partir del tema del muro divisorio entre México y Estados Unidos, el subcomandante Galeano retoma el análisis zapatista sobre la catástrofe mundial que se avecina.

“El problema no es el muro físico, es el muro social que se va construyendo a lo largo de todo el territorio. Imagínate una mujer joven, digamos de 20 o 25 años, centroamericana, —que antes decían tuvo la fortuna de nacer bonita, pero ahora es una desgracia salir bonita—, tiene que cruzar la frontera con México, cruzar el Suchiate y luego pasar todos los filtros de Migración que se dedican a detener y a separar: ‘ésta la vendo, ésta no la vendo, a éste lo secuestro y pido rescate a su familia, ya en tratos con el coyote, éste se lo vendo al narco, éste al prostíbulo’ —¿cuántas se van quedando de esas mujeres, niñas? Porque ya desde niñas o niños —lo puede explicar Lydia Cacho— que también la clase política tiene cierta preferencia por la pederastia. ¿Cuántos de esos miles que cruzan van a llegar realmente al pie del muro físico, si durante todo el trayecto los están deteniendo de una u otra forma? Ya de por sí es una gesta heroica llegar al pie del muro.

“Cruzar es otra historia, porque además, del otro lado se tienen que enfrentar con otras cosas, no solo con la patrulla fronteriza, los minuteman y lo que vaya a inventar Trump para eso.

Pero estas medidas le resultan a Trump porque le está diciendo a la gente: ‘esa gente viene a hacernos daño, hay que cerrar la casa, mejor hay que prevenir, ya luego vemos qué pasa’. Al pensamiento norteamericano les brinca mucho el lema mexicano que dice ‘mi casa es tu casa’ y que ellos dicen ‘¡No!, Mi casa es mi casa, es mi último refugio’. De hecho, el argumento de la NRA (Asociación Nacional del Rifle) para seguir insistiendo en la portación de armas es que hay que defender la propiedad y, en la imagen del norteamericano, el germen de la propiedad es la casa: ‘aquí estoy, trabajo puede haber o no, pero esta es mi casa’.

“No sé si pudieras encontrar a alguien que tuviera más edad, —porque yo estoy muy jovencito—, de la época de la Guerra Fría, a lo mejor publicaciones y todo eso, de cómo muchas familias norteamericanas tenían sus refugios subterráneos y atrincherados para una guerra nuclear contra Rusia, y quien ofrecía combatir a la Unión Soviética, entonces ese es el que ganaba; o sea, Obama muy bueno y muy buena onda comparado con Trump, pero ordenó bombardeos y asesinatos, así como si fuera el Zar de América, entonces, que estén ofreciendo esto se entiende, pero nosotros decimos que va a ser un fracaso. El capitalismo puede quitar y poner fronteras, pero la catástrofe que se avecina no va a respetar muro.

“Lo que nosotros estamos haciendo es advertirle a la gente: ‘tienes que prepararte’. La gente puede decir, bueno, entonces voy a juntar latas, botellas de agua, pero no, nosotros nos referimos a que tienes que organizarte porque eso solo se sobrevive en comunidad. ¿Por qué lo decimos? Porque nuestros compañeros llevan 500 años así, sobreviviendo en colectivo”.

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Antes de seguir conociendo las reflexiones zapatistas sobre lo que viene, tengo que regresarme en la entrevista para preguntarle sobre el pasado. Tiene que ver con la versión que se ha manejado de que el gobierno de Carlos Salinas de Gortari estaba enterado de la existencia del EZLN antes del 1 de enero de 1994, pero que decidió ignorarla para no entorpecer las negociaciones y entrada en vigor del TLC.

“En mayo de 1993 nosotros teníamos un campamento al que le decíamos “Las Calabazas”, es por el lado de Ocosingo, por la cañada de La Garrucha, precisamente arriba de donde está ahora El Caracol. En la montaña que se ve, ahí teníamos un campamento. El ejército hace una incursión, nosotros pensamos que es por una delación, porque entran en formación y nos atacan, pero nuestros compañeros se repliegan.

“Un compañero cae ahí, un teniente insurgente de infantería que además es originario de ahí de La Garrucha, los demás se repliegan, queda el ejército ahí, se enfrentan entre ellos, se matan entre ellos y se causan varias bajas —esa parte no lo dijeron—, pero en el campamento que dejamos había información de que éramos una guerrilla, y una guerrilla mexicana, y que era una guerrilla que planeaba atacar Ocosingo, y te voy a decir por qué, porque habíamos hecho una reproducción en madera del Palacio Municipal de Ocosingo, y ahí se practicaban los movimientos urbanos, ahí teníamos una moto que costó un chingo subirla toda la montaña, porque no puedes subirla andando, entonces la cargamos y ahí se hacía práctica de cómo nos íbamos a mover en la ciudad, pero aún así había documentación, documentos nuestros que decían Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

“Si esa información llegó hasta los altos mandos... porque esa información la tuvo el ejército, nadie más, si llegó hasta los mas altos mandos no sabemos, lo que sí sabemos es que pensaron que eran un grupito y que era completamente separado de las comunidades y que, en todo caso, porque lo que armamos parecía un set de filmación, además tuvimos que quitar y mover tierra, hicimos como una calle, que era la calle principal de Ocosingo, lo que era el parque y lo que era el cascarón de frente, como las antiguas escenografías cinematográficas, y tuvo que ver este desprecio.

“El cálculo este que afectaba al libre comercio no lo creo, yo creo que calcularon que había que esperar a que ya pasara la aprobación, porque esto fue en mayo y el tratado se aprueba en noviembre, entonces, con el pretexto del narcotráfico iban a entrar y atacar, pero no sabían la base social del zapatismo, pensaron en un grupo pequeño, como conocemos de las guerrillas guatemaltecas, salvadoreñas, nicaragüenses, entonces debe ser un grupo pequeño, ahí deben andar rolando, les metemos un cerco y los atacamos… de hecho el ataque iba a ocurrir ya, pero entonces matan al Obispo en Guadalajara, o sea el ejército está en plena ofensiva, y asesinan al Obispo Posadas.

—Cardenal.

—Cardenal, sí, perdón, es que los grados militares de los curas no me los sé bien… y por eso se detienen, porque ya nadie sabía qué estaba pasando, entonces se detienen, se retiran, según esto, ya nos habían derrotado militarmente y no se imaginaron que los mismos pueblos nos recogieron y nos guardaron, nos escondieron pues, pero ya estaba montado el operativo para aniquilarnos, digamos que lo dejaron para después porque había que construir el argumento, no podían decir que era una guerrilla guatemalteca, porque entonces, ¿cómo dejan que se metan? Quedaban mal, tenían que decir que eran mexicanos, no podían decir que era guerrilla porque entonces hay alguien que está planteando la toma del poder por otra forma, entonces tenían que decir que éramos delincuentes, roba vacas, narcotraficantes, o traficantes de indocumentados lo que sea, tenían que armar eso porque todos los medios se fueron con el asesinato del Cardenal Posadas.

Diego Enrique Osorno


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