Los campos de concentración y de exterminio son el resultado de la suma de muchos odios. Eso fue Auschwitz.
El 27 de enero de cada año se rinde tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y se reivindica la lucha contra el antisemitismo, el racismo y todas las formas de intolerancia que inciten a la violencia contra determinados grupos humanos.
¿Cómo se llega al momento en que un gobierno desarrolla la política pública de asesinar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible con el menor costo?
No se llega al odio de un día para otro. Se cultiva, se habla de él hasta que se hace cotidiano. Empieza por la intolerancia.
Se madura con una espiral ascendente de violencias. Se justifica en una ideología.
Cuando en una sociedad crece la intolerancia hacia grupos de personas homosexuales, hacia quienes tienen un color de piel específico, hacia grupos en condición de vulnerabilidad, hacia quienes piensan diferente, etc., el siguiente paso es la violencia.
La intolerancia y la violencia suelen encontrar justificación en ideologías como el racismo o el nacionalismo.
Estas condiciones posibilitan que partidos políticos integren a sus programas ideas y prácticas que buscan captar los votos de los sectores sociales que coinciden con esas ideologías.
Cuando un partido llega al gobierno con una agenda de intolerancia, lo que sigue es que dicha administración pública ponga en marcha políticas públicas que materializan la ideología que les llevó a conseguir votos.
Tenemos dos ejemplos recientes: Trump y Bolsonaro. Que sus administraciones hayan terminado no quiere decir que los sectores de la sociedad que coinciden con sus ideologías hayan desaparecido. Sus votantes siguen allí.
La conmemoración anual del Holocausto nos recuerda que en el presente hay ideologías de intolerancia y odio que si no se combaten en lo cotidiano pueden crecer.
@perezyortiz