Con la llegada del Sistema de Transporte Masivo conocido como Tuzobús hace algunos sexenios se instauró un nuevo proceso de movilidad ciudadana, desde ese entonces y hasta la fecha, este transporte ha sido de siempre criticado por su ineficiencia y poca practicidad.
Las cifras bien que mal arrojan que, sí es usado por miles de ciudadanos día a día que recorren de sur a norte a nuestra ciudad capital, sin embargo, dista mucho de haber sido la solución que desfogara las vías de comunicación en Pachuca, más bien terminó por venir a sumarse a lo que ya había, porque tanto taxis como rutas colectivas siguen estando presente por todos lados.
Al inicio, la gente en automóvil respetó el carril confinado del autobús, pero desde la llegada de Fayad y el retiro de bolardos para la exclusividad de ese espacio, la cosa se empantanó a tal grado que con el incremento del parque vehicular y la saturación de todo el Felipe Ángeles, la gente sin cultura vial dejó de respetar ese lugar y hoy en todo momento y en cualquier punto vemos como muchos son los autos que invaden la zona para avanzar a su destino final.
Aunque en noviembre del año pasado la SEMOT reinstaló los bolardos para delimitar de nuevo el confinamiento y pidió a la ciudadanía que respetara el carril, la verdad es que de poco ha funcionado.
Cuando no hay educación la regla es lo que debe imperar para que la sanción aparezca, así que por mucho que Doña Lyzbeth Robles, secretaria de Movilidad y Transporte del Estado, diga que se harán campañas para concientizar y que entiendan que de seguir así las multas llegarán, desde ahora le digo que mejor se ahorre ese dinero y empiece de una vez a aplicar la ley ya que de otra forma no entenderán, entonces muy bien les caerán a las arcas del gobierno los 3 mil pesos que por sanción levantarán y solo así créame que se alinearán.
Lo que sí es que mientras la salida hacia la Ciudad de México no se rediseñe para mejorar, aquello seguirá siendo una romería sin parar.
