Entre el jueves y viernes del mes que justo terminó ayer, se presentaron eventos históricos y nunca vistos con anterioridad en estas tierras, y es que tras la reunión del 27 allá en Estados Unidos donde estuvo la artillería pesada en materia de seguridad de nuestro país, le hablo del Secretario de Seguridad Don Harfuch, el fiscal general, Alejandro Gertz, los meros buenos de la Marina y de la Defensa Nacional Raymundo Morales y Ricardo Trevilla, así como el embajador Esteban Moctezuma y el Canciller Juan Ramón de la Fuente y por parte del patio de enfrente el mismísimo Secretario de Estado Marco Rubio y comitiva, quedó de manifiesto que la lucha contra el narco ve muy en serio.
Tan es así que, 29 reos todos ellos del mundo de las drogas, fueron sacados de su cárceles y llevados directo al lado gringo.
La justificación del hecho fue que, ante lo precario de nuestro sistema de justicia, donde muchos de estos hampones llevaban años completos sin ser procesados, viviendo las mieles del buen trato y sobre todo dirigiendo aún a sus grupos delictivos, lo más lógico y antes de que algún juez corrupto los dejará en libertad, fue que se decidió atender la petición del gobierno de los Estados Unidos para que se los mandaran.
Nuestro Gabinete de Seguridad ni tardo ni perezoso, reviso las bases jurídicas pertinentes y si, que se los manda todos a Trump, y para evitar que se pegara el grito en el cielo, Gertz Manero de inmediato aclaró que no fue una extradición, sino más bien, la atención a una solicitud hecha y bajo los principios de la Presidenta, que son confianza mutua, cooperación sin subordinación, responsabilidad compartida y respeto a la soberanía. La fecha límite para que Trump imponga sus aranceles esta encima, esta acción era necesaria desde el punto de vista político, y nos guste o no, es producto de las presiones ejercidas por el país del Norte, si no ¿cómo explicar que en cuestión de horas se resolvió lo que en muchos años no se había podido hacer?