Política

It’s Colombia, not Columbia

  • Mirada Latinoamericana
  • It’s Colombia, not Columbia
  • Daniela Pacheco

Los países más grandes de la región, Brasil, México y Colombia, han sido impactados, a menos de una semana de la posesión de Donald Trump, por las decisiones de su Gobierno en temas de migración. Sin embargo, luego del conflicto protagonizado por el presidente de Estados Unidos y su homólogo Gustavo Petro (sí, ¡homólogo!), parece que lo único importante fue quién ganó el pulso de esta corta pero intensísima pelea.

Tan pronto como la Casa Blanca emitió un comunicado, en el que ni siquiera se tomaron la molestia de escribir bien el nombre de Colombia, las líneas editoriales de la mayoría de los medios de comunicación, aceptaron sin chistar que la presión estadounidense dobló a Petro, quien no tuvo más remedio que aceptar todas las condiciones impuestas desde el norte. Ni las y los migrantes colombianos llegarán encadenados, ni se produjo una guerra arancelaria, pero el gran triunfador fue Trump.

Incluso, tampoco se tomaron la molestia de aclarar que la crisis no surgió exactamente porque Gustavo Petro se negara a aceptar en su país a sus connacionales deportados por Estados Unidos, como es su obligación, sino que la verdadera causa fue su rechazo a recibirlos encadenados y transportados en aviones militares, como delincuentes. No es el qué, es el cómo. Estados Unidos tiene derecho a querer a las y los migrantes indocumentados fuera de su territorio —aun cuando tienen una enorme responsabilidad en las causas de la migración forzada en nuestra región—, pero hay estándares que cumplir.

“Asesinos, capos narcos, miembros de bandas, la gente más ruda que has conocido o visto”, dijo Trump en referencia a las y los colombianos deportados, entre los que se encontraban 26 niños y niñas, y de los cuales se pudo confirmar que ninguno contaba con antecedentes penales ni en Colombia ni en Estados Unidos.

La derecha colombiana y, posteriormente, la continental, se alinearon rápidamente para defender la relación histórica y de cooperación de Colombia con Estados Unidos, que más que histórica es de servilismo, y que nos ha dejado resultados tan desastrosos como los del Plan Colombia o la fallida lucha contra las drogas. ¿O cómo creen que llegaron siete bases militares estadounidenses a territorio colombiano? América para los estadounidenses. Lo que sea para atacar al presidente, incluso a costa de la dignidad de sus connacionales.

Lamentablemente, Colombia, a diferencia de muchos países latinoamericanos, no tiene una opinión pública particularmente crítica hacia Estados Unidos. Históricamente, no hemos sido propensos a cuestionar ni a revisar de manera profunda el papel del poder estadounidense en la región. Doscientos años de gobiernos de derecha han marcado incluso nuestra forma de concebir las relaciones internacionales.

Gobiernos como el de Brasil optaron por recibir los aviones con migrantes deportados, para luego elevar una nota de protesta diplomática por los malos tratos. Equivocado o no, Petro se decantó por la confrontación directa y, en una respuesta más riesgosa, apostó por verbalizar claro y fuerte, su molestia por el atropello a la dignidad de su pueblo. Un presidente latinoamericano, de izquierda, que cree en un mundo multipolar, y que se atrevió a cantarle clara la tabla a quien ha hecho de las amenazas y los castigos sus principales armas de política exterior.

Por supuesto que si las amenazas de Trump se hubieran materializado, el impacto económico en Colombia habría sido severo. Una cuarta parte de sus exportaciones tiene como destino Estados Unidos, siendo el petróleo, el café y las flores los principales productos.

Sin embargo, más allá de la confrontación, la lección para América Latina es la necesidad imperante de buscar aliados políticos y económicos en otros rumbos. Trump nos dejó claro una vez más que la Doctrina Monroe sigue vigente y sin cambios.

¿Cuándo es momento de decir en voz alta, “ya basta”? ¿De decir que no somos su patio trasero? ¿Ver a tus compatriotas encadenados y tratados casi como basura, es el momento? Una cosa muy distinta es la prudencia y otra, muy diferente, la sumisión. México lo sabe muy bien.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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