Política

100 días de Javier Milei y la paciencia se agota

  • Mirada Latinoamericana
  • 100 días de Javier Milei y la paciencia se agota
  • Daniela Pacheco

Javier Milei llega a sus primeros 100 días como presidente de la Argentina, dividiendo al país en lo que él mismo denomina “la casta” y “los argentinos de bien”; una de las inflaciones más altas del mundo; una pobreza que alcanza al 60% de la población; una política de represión contra cualquier cosa que huela a izquierda o se vea “diferente”; y con los jubilados y trabajadores contra las cuerdas.

En un país que atraviesa una crisis económica tan profunda, con un legislativo en contra y luego de una campaña electoral voraz, la confrontación y el odio no deberían ser los puentes de “relacionamiento” con la oposición ni mucho menos con su propio electorado. El mandatario inició con una aprobación del 59% y hoy, a un poco más de tres meses en el poder, su popularidad se redujo a 47,6%.

Además, aunque el proyecto de Milei se proponga eliminar al Estado, desfinanciarlo, privatizarlo, es precisamente su gobierno, uno de coalición con “la casta” que tanto critica; gobierna en alianza con los viejos partidos políticos de los cuales despotricó en campaña reciclando funcionarios fracasados, y busca garantizarles grandes transferencias y privilegios a las clases más adineradas, tal y como se evidenció con su fallida Ley Ómnibus.

Sus primeras recetas económicas han empujado a las clases pobres y medias al abismo. Hoy, la inflación de Argentina es la más alta del mundo, con una tasa interanual del 254,2%; la pobreza ronda el 60% y el desempleo está en aumento. La inflación de los últimos meses acumuló un 71% y el aumento a las y los jubilados entre bonos y algo de actualización es de apenas un 27%, como si fueran el último eslabón de prioridad de ese gobierno.

Mientras que los salarios continúan perdiendo poder adquisitivo, en las últimas semanas se han anunciado nuevos aumentos de hasta un 300% en rubros como el transporte, combustibles y energía eléctrica que agregan todavía más presión a los bolsillos, ya castigados, de las y los argentinos. Milei gobierna sonriéndole al mercado y de espaldas a la sociedad.

En medio de este panorama desolador, al presidente también se le ocurrió aumentarse el sueldo casi un 50% y tras el escándalo, responsabilizar a terceros, entre éstos, a la exvicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por supuestamente haberle decretado la subida desde el Congreso, a sus espaldas.

Ni que decir de su guerra abierta contra las mujeres y sus derechos; la educación pública; las artes; la ciencia y la memoria histórica. “Si fuera por mí, privatizo todo”, dijo en una de sus entrevistas más recientes.

Con lo que no contaba el hombre de la motosierra era con un pueblo alta y rápidamente organizado y movilizado que no está dispuesto a negociar derechos ya conquistados y que le repite en las calles que su triunfo no era un cheque en blanco, sino un grito desesperado.

La situación en Argentina es insostenible y lo único que tiene Milei por delante es lo que le queda de paciencia al pueblo argentino y la ausencia de un referente en la otra orilla ideológica que seduzca y capitalice ese hartazgo que crece como espuma. Cacarear e insultar desde X como acostumbra y llorar en el Muro de los Lamentos no va resolver lo que prometió. Tic tac tic tac.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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