Quién sabe por qué razón, el ámbito del liderazgo y la gestión se ha llenado de conceptos que rayan en la mística, insertando mucho pensamiento mágico en procesos organizacionales y de toma de decisión. ¿Lo has notado? No sé tú, pero cuando un ejecutivo comienza a hablarme de coincidencias, dioscidencias y similares, en automático cuestiono su capacidad.
Y antes de que te prendas, te recuerdo que estoy hablando en estricto sentido del contexto de negocios. Fuera, cada quien hace de su vida un papalote, pero en el entorno empresarial, es fundamental considerar el encuadre que da la cultura organizacional para no generar conflictos de percepción que afecten la operación.
Mucha responsabilidad la tienen las plataformas digitales, que han potenciado las ideas y posturas de “gurús” del desarrollo personal, que, gracias a esos nuevos espacios, se han vendido rebien en mucha gente. Sin estar a favor o en contra de eso, prefiero tomar cierta distancia y apostar más por una postura similar a lo que Picasso dijo alguna vez: “La inspiración existe, pero debe encontrarte trabajando”.
En ese sentido, y para reafirmar tu liderazgo, creo que es fundamental que tengas sesiones de “tuneo organizacional” que actualice a tu gente sobre la visión, misión y valores de la empresa, considerando que -seguramente- se han hecho ajustes como consecuencia de los retos del entorno socioeconómico.
Recuerda que, cómo líder, eres un gestor de los talentos, habilidades y capacidades de tu gente, y no es que debas suprimir su identidad, sino ayudarles a comprender adecuadamente el valor de su trabajo en el microcosmos organizacional.
Así que ni muy muy ni tan tan. Date tiempo para reafirmar aspectos clave de la empresa y comunica efectivamente las expectativas para este nuevo ciclo. Que tengas excelente año.
