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Boquita de corazón

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  • Celeste Ramírez

Mucho antes de que estuvieran tan en auge –gracias a los videos en el Tik Tok– las ‘boquitas de corazón’, una de las más grandes divas del cine de Hollywood ya las llevaba e impuso moda.

Por supuesto que no me refiero a Greta Garbo, Joan Crawford o Marlene Dietrich. Me refiero a quien la llamada meca del cine bautizó como la versión femenina de Rodolfo Valentino -la estrella de las películas silentes-, por su belleza física y personalidad magnética: Dolores del Río.

Ave del paraíso (1932) y muñequita millonaria, mujer imprescindible del cine y del teatro nacional; belleza y elegancia —sin mayor competencia que ella misma frente al espejo— Dolores del Río (Dolores Asúnsolo López-Negrete, Durango, 1904-1983) cautivó al público mundial con sus participaciones tanto en las películas mudas como en el cine sonoro.

La hermosura enigmática y la sofisticación de la actriz provocó que el actor y director de cine Orson Welles se sintiera profundamente apasionado por Dolores del Río, él pensaba “que ella era la representación perfecta del más alto ideal erótico, después de haberla visto nadar desnuda en una escena fílmica. (Dolores del Río, Princesa de México, Clío).

El catálogo de películas en las que participó es generoso, tanto en producciones de Estados Unidos, España, Italia, Grecia y Argentina. Fue musa de inspiración para los grandes pintores y muralistas de su época como Diego Rivera y José Clemente Orozco.

Fue una de las actrices favoritas de la intelectualidad mexicana, concretamente de los escritores que formaban parte del grupo literario conocido como Los Contemporáneos; además escribieron sobre ella Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Alfonso Reyes, Vicente Leñero, entre otros.

Captada por la cámara infalible de diversos fotógrafos de fama mundial, coinciden en su singular presencia. La revista especializada Vogue, de manera frecuente la considera dentro de sus páginas como ícono de belleza, personalidad, elegancia y gran encanto.

En el libro The Invention of Dolores del Río, Joanne Hershfield, autora feminista, recopila más testimonios de quienes tuvieron la oportunidad de trabajar con la actriz. Apunta la mencionada publicación: “Uno de ellos es el del fotógrafo francés Baron George Hoyningen-Huené, quien ahondó en una columna acerca de esta naturalidad que caracterizaba a del Río: ‘Usa menos maquillaje que cualquier otra actriz con la que haya trabajado, su piel es como la de un fruto maduro’”. (Dolores del Río: Hablemos de las lecciones de belleza de la diva mexicana, Vogue, junio 2020).

La actriz en el papel de María Candelaria (Emilio Fernández,1944), rostro e ícono fundamental del cine de oro mexicano.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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