Una orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene a un grupo de comisiones del legislativo federal trabajando a pasos forzados para legislar sobre el consumo de mariguana en el país.
Un dictamen que habían aprobado en marzo de este año fue sustituido por otro que en estos últimos días ha vuelto a ser discutido y modificado. Es probable que se vote en comisiones unidas en las próximas horas o días y de ahí pase al pleno.
El que sobrevive hasta hoy es un dictamen que parece hecho con miedo, claro producto de la intensa discusión entre legisladores y las fuerzas que dentro del propio gobierno se oponen a la legalización de la mariguana de cualquier manera.
Lleno de frases rimbombantes en su introducción como “derechos humanos”, “desarrollo sostenible” o “mejores condiciones de vida”, el dictamen es un laberinto complicado que crea un instituto que no define y reglas que anuncia, pero no delinea. Y donde lo hace, pues sale peor.
Va como ejemplo el artículo 41 que, hasta la última versión, dice: “Para estar en posibilidad de ejercer los actos inherentes al consumo personal o autoconsumo del cannabis psicoactivo y sus derivados para uso adulto, las personas interesadas deberán obtener un permiso ante el Instituto, previo cumplimiento de los requisitos previstos en esta ley y en los reglamentos correspondientes”.
Así es, si usted quiere fumarse un churro debe tener un permiso tramitado con anterioridad. Y cuando tenga su permiso (será como el INE de la mota) le va a tener que construir unas cuantas paredes a su casa porque el dictamen también dice: “La vivienda o casa habitación, así como el domicilio social al que se refiere este artículo, deberá al menos contener barreras físicas que impidan que personas diversas a aquellas titulares del permiso correspondiente tengan contacto con el cannabis psicoactivo, sus derivados o productos…”.
Por si fuera poco, la ley crea un mecanismo ciudadano para que los vecinos lo denuncien si fuma fuera de las cuatro “barreras físicas” donde el permiso sí funcionará como permiso.
Por cierto, ni el dictamen y la discusión que ha encabezado el senador Menchaca tocan el código penal donde la posesión de mariguana seguirá siendo delito.
Podría seguir enumerando artículos del dictamen, pero el espacio es el que es, y el temeroso y mal trabajo de los legisladores…pues también.
@puigcarlos