Ayer, recién terminada la elección, después de que los republicanos y, sobre todo, los trumpistas tuvieron una mala elección, el gobernador de Texas ahora reelegido mandó una carta a un juez texano que decía:
“En mi Orden Ejecutiva GA-41 invoqué las Cláusulas de Invasión del Artículo I. 10 de la Constitución de Estados Unidos y el Artículo IV. 7 de la Constitución de Texas para autorizar plenamente a Texas tomar medidas sin precedentes para luchar contra la invasión en nuestra frontera. Como gobernador de Texas y comandante en jefe de sus fuerzas militares, estoy usando esa autoridad constitucional, así como otras autorizaciones y órdenes ejecutivas para:
“Desplegar la Guardia Nacional para salvaguardar nuestra frontera y para repeler y rechazar a los inmigrantes que intentan cruzar la frontera ilegalmente;
“Desplegar el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) para arrestar y devolver a la frontera a los inmigrantes que cruzaron ilegalmente y desplegar DPS para arrestar a inmigrantes ilegales por actividades delictivas; construir un muro fronterizo en varios condados de la frontera; cesplegar botes armados para asegurar la frontera; designar a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas extranjeras; entrar en un pacto con otros estados para asegurar la frontera; concertar acuerdos con potencias extranjeras para mejorar la seguridad fronteriza; y proporcionar recursos para que los condados fronterizos aumenten sus esfuerzos para responder a la invasión fronteriza”.
Hasta ahí el anuncio/carta del gobernador de Texas.
Muchas de las cosas anunciadas no tendrán efectos reales y tendrán retos en las cortes. Al mismo tiempo, el anuncio de Abbott incrementará el ánimo antiinmigrante y hará que otros gobernadores del mismo talante se animen a cosas similares. De hecho, algunos candidatos republicanos fronterizos habían amenazado con medidas como la anunciada por Abbott.
El anuncio de Donald Trump de que buscará la presidencia en dos años, después del resultado electoral reciente, solo hará que en busca de esa base de votantes xenófobos y racistas endurezcan su discurso y el de sus aliados, lo cual hará que los demócratas sigan sin meter las manos.
Serán dos años de crisis en la frontera y discurso antiinmigrante duro. Mala cosa, mala noticia para los paisanos y tantos otros.
Carlos Puig
@puigcarlos