Basta ver lo que han dicho las candidatas a la Presidencia de la República sobre el papel de las fuerzas armadas en los asuntos del país, no solo en seguridad. Con ese tema han arrancado las campañas y ayer las candidatas y Jorge Álvarez Máynez fueron al evento de diálogos por la paz.
Debo decir que me pareció mejor lo que hizo Claudia Sheinbaum.
A diferencia de Xóchitl Gálvez y el candidato de MC, Sheinbaum firmó el compromiso pero también dijo, y lo escribió, que tiene algunas diferencias con lo propuesto y que desea continuar el diálogo.
Entiendo que estamos en campaña y tal vez resulta mejor firmar todo y sonreírle a todo mundo. Pero a veces tanto sí termina por convertirse en decepciones pronto. Ayer aquí contaba lo que sucedió con los diálogos y compromisos de justicia transicional y verdad que estaban borrados de la agenda presidencial en cuestión de meses.
Claudia sabe, más allá de que quiera o no, esa es otra discusión envuelta en un misterio, que eso de acabar con el militarismo construido en estos cinco años no es tarea fácil y el adjetivo me parece que queda corto.
Porque ya no solo es un asunto de presencia en los asuntos de la vida pública, sino que es un asunto de negocios.
México Unido Contra la Delincuencia acaba de publicar su investigación y análisis del poder económico de las fuerzas armadas; cito: “Si bien es cierto que el empoderamiento de las instituciones militares inició hace dos sexenios, con la declaración de la llamada guerra contra el narcotráfico, fue en la actual administración federal en la que se les otorgaron los mayores beneficios a través de diversos mecanismos a modo: dueñas y operadoras de empresas estatales. La participación de las fuerzas armadas en empresas de participación estatal mayoritaria (EPEM) era inexistente hasta antes de este sexenio. Fue a partir de diciembre de 2020 y hasta agosto de 2023 que las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) comenzaron a acumular un total de 30 EPEM”.
“142 mil 730 millones de pesos del presupuesto aprobado a la Sedena en 2024 corresponden al Grupo Olmeca-Maya-Mexica, el Tren Maya, el AIFA y la Aerolínea del Estado Mexicano. Al manejar las fuerzas armadas empresas que funcionan bajo una lógica de ganancias, estas no son reportadas dentro de las cuentas nacionales, lo que deja a discrecionalidad de las fuerzas armadas el ejercicio y destino de estos recursos”.
Pues sí, por más que se diga, eso va a estar muy complicado de echar en reversa.