Alos “culpables” de la tragedia de Ciudad Juárez los anda buscando Rosa Icela en las celdas del INAMI y está claro que el gobierno no quiere hablar de responsabilidades. Bien me decía ayer Carlos Heredia que esta investigación le recuerda a la de la línea 12 que terminó culpando a los pernos y dejó intocados a tres gobiernos capitalinos.
Por eso creo que vale la pena recordar la declaración conjunta de los gobiernos de México y Estados Unidos de junio de 2019. Por parte de nuestro país la firmó el consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Alejandro Celorio.
No cabe en estas páginas pero vale la pena citar algunos párrafos.
“Teniendo en cuenta el aumento significativo de migrantes a EU, provenientes de Centroamérica a través de México, ambos países reconocieron la importancia fundamental de resolver rápidamente la emergencia humanitaria y la situación de seguridad prevalecientes. Los gobiernos de México y EU trabajarán conjuntamente lo más pronto posible para alcanzar una solución duradera”.
Ese fue el documento que anunció el despliegue del Ejército y la Guardia Nacional a la frontera para construir un nuevo muro. Donde Estados Unidos anunciaba que retornarían de manera inmediata a México a quienes pidieran asilo.
Y que “por razones humanitarias y en cumplimiento de sus obligaciones internacionales, autorizará la entrada de dichas personas mientras esperan la resolución de sus solicitudes de asilo. México, de acuerdo con sus principios de justicia y fraternidad universales, ofrecerá oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio nacional, así como protección a sus derechos humanos”.
¿Cómo vamos con ese compromiso? ¿Qué dirían los migrantes de esas “oportunidades” prometidas?
Y qué tal con este, de parte de los vecinos del norte: “Los Estados Unidos se comprometen a acelerar la resolución de solicitudes de asilo y proceder con los procedimientos de remoción lo más expedito posible”.
Y qué tal al final: “México y EU liderarán el trabajo con socios nacionales e internacionales para construir una Centroamérica próspera y segura y así abordar las causas subyacentes de la migración, con el objetivo de que los ciudadanos puedan construir mejores vidas para ellos y sus familias en casa”.
De bla, bla, bla está pavimentado el camino a la tragedia.