Como escribí el lunes, sigo pensando con base en algunas conversaciones con personas que conocen al Presidente hace tiempo y le entienden al asunto de la energía que es muy posible que la reforma energética presentada por el mandatario es más un instrumento político para la movilización, el aglutinamiento y la campaña rumbo a 2024 que una intención real de modificar en tal magnitud, en estas condiciones y estos tiempos, el mercado eléctrico en el país.
Es más, aún si lo mejor fuera que en algún momento la CFE tuviera el monopolio que plantea la iniciativa, la sacudida económica de esa transición en el corto y mediano plazo es una que ningún gobierno quiere de cara a elecciones. Y de una cosa sí debemos estar ciertos, son las elecciones lo que más importa siempre al presidente López Obrador.
Dicho lo cual, esto no quiere decir que no se hará el esfuerzo de pasar algo, ya veremos qué queda de la iniciativa. Para eso necesitan votos del PRI. El problema es que el PRI es muchos, demasiados pequeños pri.
El PRI, ya lo sabemos, solo es el PRI cuando tenía en Los Pinos al priista mayor, y eso algunos años porque, como vimos el sexenio anterior, entre ellos también había guerras. Ahora la cosa está peor. Ya vimos reacciones completamente diferentes de legisladores de ambas cámaras, el líder del PRI y algunos gobernadores.
Y todo indica que es ahí, con algunos gobernadores, que Morena concentrará su negociación, gobernadores priistas que tienen influencia en diputados. No es gratuito, nunca lo ha sido, que iniciativas se discutan al mismo tiempo que se discute el presupuesto del año próximo. Algo de generosidad con algún estado, un poco de maniobra política del gobernador para otras cosas.
Tal vez de ahí venga la declaración del gobernador que lo fue gracias a Peña y hoy de alma lopezobradorista, Alejandro Murat, que hoy convoca a que los diputados priistas “escuchen” la propuesta del Presidente.
El problema es cuántos Murat necesita el Presidente y Morena hoy con un PRI en el que cada uno anda viendo por su futuro y no, no todos lo ven en Morena, en donde serían puestos últimos en la fila rumbo al futuro, cualquiera que ese sea.
Eso sí, insisto, por lo pronto no habrá mejor instrumento de movilización política y campaña que la disyuntiva entre Cárdenas y Salinas, como lo puso el Presidente.
Carlos Puig
@puigcarlos