Los gigantes tecnológicos Google, Amazon, Facebook y Apple, conocidos como GAFA, son los grandes ganadores en la pandemia, y el crecimiento de sus imperios aún no termina. La coyuntura mundial les abre la puerta a nuevos mercados: la educación superior y la salud. Así lo vaticina Scott Galloway, profesor de NYU y quien ha estudiado el voraz apetito de estos conglomerados.
El crecimiento -no regulado- de estos Tech Giants es preocupante, además de obsceno. Es quizás la mayor falla de mercado en la historia del capitalismo. Mientras un sinfín de empresas se debaten por la supervivencia, los GAFA viven una afluencia superlativa. Cuando Estados Unidos informaba la caída de 32% en su economía en el segundo trimestre del año, Amazon reportaba ventas de 89 mil millones de dólares y ganancias de 5.2 mil millones. En un solo día, el 20 de julio, ¡Amazon elevó su valor en 13 mil millones de dólares! Esto no lo explica la innovación, sino la captura de los mercados.
Apple por su parte anunció ingresos record trimestrales por 59.7 millones al cierre de junio. Facebook sigue incrementando el número de usuarios, durante la pandemia alcanzó los 3.14 mil millones en toda su familia de aplicaciones (¡41% de la población mundial!). El covid-19 ha sido un boom para estas empresas, quienes siguen acumulando poder, como lo ha advertido ya el propio Congreso norteamericano.
Su siguiente horizonte para crecer es la educación, especialmente la superior. El gran prestigio de marcas como Stanford, Harvard, MIT, Oxford, etcétera, así como su alto margen de ganancias, las hacen muy atractivas. Así, como lo anticipa Galloway, es altamente probable que pronto atestigüemos la creación de “MIT@Google”, “iStanford” o “HarvardxFB”, lo que ampliaría significativamente su matrícula y reduciría los costos de estudiar en universidades de élite, online.
Sin duda, millones de estudiantes podrían verse favorecidos, pero los riesgos son muy altos. La misma erosión de los pequeños proveedores y la captura de competidores que explica el éxito de Amazon, podría replicarse en la educación superior global.
¿Democratización del conocimiento o nuevos oligopolios y distopías corporativas?