A dónde nos llevará la pandemia, aun no lo sabemos. El ser humano, por naturaleza, es un ser que vive en la búsqueda de la oportunidad, no es casualidad que, al ser desfavorecidos casi en cualquier aspecto físico ante el resto del reino animal, tuvimos que desarrollar el intelecto para adaptarnos al entorno y sobrevivir.
Ha sido nuestra inteligencia la que nos ha llevado a ser la especie dominante en el planeta, sin embargo, aún nos falta mucho por desarrollar y evolucionar, si es que queremos seguir siéndolo.
Y es que, con el desarrollo de nuestro cerebro, también evolucionaron las ideas, las sensaciones y los sentimientos.
Estos últimos nos han llevado en ocasiones por situaciones como el enojo, la ira, la envidia, tanto lo bueno como lo malo viene en el mismo paquete.
En este momento, la humanidad se encuentra en una situación, que le exige ponerse a prueba como tal.
Hay mucha desesperación en el mundo, nuestras vidas se han transformado totalmente y aunque en México las medidas restrictivas no han sido de ninguna manera como en otras naciones, no podemos negar que la vida ha cambiado.
Y es que, ante una situación desconocida, el miedo a contagiarse sigue latente.
Nos han dicho las autoridades que esta situación terminara durante el primer trimestre del siguiente año, pero al ver la forma en la que los rebrotes están surgiendo en países que han vuelto del confinamiento, no podemos tener la certidumbre de que esto en verdad acabará en los primeros meses del 21.
El virus llego para quedarse y seguramente encontraremos la forma de convivir con él o de vencerlo, de eso no hay duda.
El problema es lo que hagamos en el tiempo en el que esto sucede, sin que tengamos que esperar a que la solución llegue de parte de nuestros gobiernos. Debemos de sacar lo mejor de nosotros mismos, controlar nuestros sentimientos y apoyarnos.
La pandemia nos ha dejado situaciones desesperadas, desgarradoras y muy dolorosas.
Nos ha abierto los ojos para que veamos la fragilidad de nuestra existencia y la vulnerabilidad de nuestro ambiente y ante esta situación solo queda hermanarnos y apoyarnos, dejar a un lado diferencias y tratar de ser más empáticos, más solidarios, en pocas palabras, para salir adelante necesitamos ser una humanidad más humana, solo así saldremos adelante.
