El lamentable accidente ocurrido la semana pasada en la línea 12 del metro de la ciudad de México no hace más que evidenciar la tristísima cara del gobierno federal.
Un gobierno que ha apostado por la ineptitud, la soberbia con que dirige y la falta de autocrítica.
No es un secreto, que los principales personajes llamados a la sucesión presidencial se encuentran involucrados directamente en la investigación en torno a este fatídico accidente.
Tal vez estamos viviendo la sepultura mediática de posibles sucesores naturales como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrad y Mario Delgado, todos ellos con responsabilidad directa en asuntos relacionados a esta línea de transporte.
Este accidente saca a la luz la pésima planeación, la estrechez de miras y nos muestra a una autoridad rebasada, carente de protocolos de acción y paralizada ante el caos del suceso, la tragedia de las víctimas y el dolor de sus familias.
Es decepcionante observar la falta de empatía que existe por parte de nuestro Presidente hacia las consecuencias de este devastador siniestro.
En sus mañaneras, no ha dedicado el tiempo necesario para atender esta desgracia, por el contrario ha tratado de minimizarla centrando su impotencia, en descalificaciones a la prensa y acusándola de un linchamiento en su contra.
Sabemos que López Obrador ha descalificado la palabra empatía por considerarla elitista, pero eso no quiere decir que actúe con desdén hacia la tragedia.
Tenemos un Presidente que no le importa cosa alguna más que sus proyectos personales, que actúa con soberbia y altanería para salir de las ineptitudes que comete y vaya que son muchas.
Para López Obrador lo importante es golpear, golpear y golpear es como el bravucón escolar que a falta de argumentos, recurre a la agresión para defenderse y ocultar así sus grandes carencias.
La falta de empatía ha sido evidenciada durante todo su gobierno, primero con el movimiento femenino, seguido de su desinterés por la falta de medicamentos oncológicos, su desastrosa y brutal irresponsabilidad durante el proceso de la pandemia y ahora toma en sus manos una terrible tragedia para ponerse como la víctima de un linchamiento organizado en su contra.
Es muy frustrante y triste a la vez, ver que la persona que gobierna un país, mantiene un discurso de amor a su pueblo, pero en la práctica solo demuestra que le vale.
Aunque tardía, una felicitación a todas y cada una de esas mujeres que nos han dado todo sin pedir nada a cambio, una madre es una riqueza incomparable.
Gracias Ily, Kristy y a mi santa Madre. Felicidades.
