En épocas de crisis como las que estamos viviendo, tenemos un sinfín de preguntas sin respuesta que nos generan incertidumbre por lo que vendrá en un futuro.
La humanidad nunca se había preparado para afrontar una situación como la actual, dentro de la soberbia con la que el hombre y la sociedad actuaba sobre el planeta tierra, jamás imaginó que un enemigo sigiloso, microscópico y totalmente desconocido lo acechaba desde las sombras.
La historia marcará estas fechas como una época sin precedentes, en la que el mundo comprendió la fragilidad de su existencia.
La vida nos ha enseñado que nada es para siempre y que todo sucede por una causa, no podemos pasar nuestra existencia aferrándonos a un pasado que era de una forma, ni podemos vivir suspirando por un futuro que tal vez no sea como lo planeamos.
La vida es compleja, la realidad es más dura que una ficción, al día de hoy tendremos que volver a una nueva normalidad en la que, al menos en México, ya no estarán presentes 17 mil personas, a una normalidad en la que millones no tendrán trabajo, a una forma de vivir en la que estará latente, hasta que exista una vacuna, la presencia de ese enemigo que puso al mundo de cabeza.
Nuestra capacidad de asumir ese reto de forma no destructiva y que nos prepara para ese impacto, es la resiliencia.
Esto no quiere decir que no sintamos dolor, pena, malestar o tristeza ante esta adversidad, más bien nos referimos a desarrollar un punto de vista realista, que nos de confianza para no desestabilizarnos, que nos de la fortaleza de hacer frente al problema y que nos permita encontrar los caminos o alternativas para mejorar nuestra vida.
La resiliencia establece un vínculo con la creatividad, la inteligencia emocional y con la vida misma y nos dictamina una serie de prácticas para que podamos salir adelante, nos permite afrontar nuestras emociones intensas, liberar nuestra mente, aceptar el cambio que vivimos, trazar nuestras metas y mantiene una actitud optimista por lo que el destino depara.
No podemos evitar encontrarnos con dificultades y mucho menos esperar que las mismas sean solucionadas por un gobierno federal inútil, pero teniendo una mejor actitud, más solidaridad y la confianza de sacar lo mejor de nosotros mismos al afrontar los retos que la vida nos presente, saldremos delante de esta situación.
Que así sea.
