El próximo primero de agosto, los mexicanos estamos llamados a participar en un ejercicio que por primera vez se estará llevando a cabo en nuestro país, la multimencionada consulta popular.
Yo no sé si usted sabe bien de que va esta dichosa consultita, y es que el ciudadano promedio, estamos más preocupados por otras cosas o consideramos que nuestro país tiene situaciones más apremiantes que el elaborar un circo costosísimo de tres pistas, solo para alimentar el ego de nuestro Presidente.
Es verdad que nuestra constitución en su artículo 35 contempla estos ejercicios, pero los considera válidos cuando los temas son de trascendencia nacional y en honor a la verdad, el propósito del teatrito que viviremos el próximo domingo, no es de trascendencia.
Para no entrar en detalles y transcribir el trabalenguas que autorizo la suprema corte de Justicia como pregunta a consultar, diremos que esto se trata de un capricho más de nuestro ejecutivo para preguntarle al pueblo sabio y bueno si se debe o no enjuiciar a expresidentes.
Pero ¿por qué diablos, tenemos que preguntar si debemos o no proceder en contra de alguien, si tenemos algún tipo de prueba incriminatoria?.
Si el Presidente de México y gurú de los “otros datos” día a día descalifica, ataca, reprime o señala a sus adversarios y los califica de deshonestos, corruptos y demás, pues que no le saque, que sea él quién elabore las denuncias y proceda contra todo aquel que haya cometido delito y deje de inventarse cortinas de humo o payasadas como esta consulta.
Como ejemplo tenemos el caso de Emilio Lozoya, testigo protegido que iba a declarar un sinfín de delitos de administraciones pasadas y que no ha servido más que para sacarlo a mención cada vez que este gobierno necesita un distractor ante sus constantes metidas de pata.
A nuestro gobierno no le duele extraer del gasto público casi 500 millones de pesos que esta encuestita nos va a costar, aquí la austeridad republicana se olvida, pero no le mencione medicinas porque eso obedece a intereses ocultos de padres de familia golpistas y separatistas.
Esta consulta ciudadana es uno más de esos fuegos artificiales que desde palacio nacional se lanzan para el entretenimiento y distracción de unos cuantos.
Pero este país, ante los problemas que vive, cada vez se traga menos estas faramallas.
Señor Presidente, tenemos bastantes problemas en nuestro México, en vez de estar justificando sus caprichos póngale al jale, el país lo necesita.