Conforme nos acercamos al inicio del ciclo escolar, las interrogantes en torno al tema educativo se incrementan.
Ya se ha dicho que este ciclo escolar será apoyado por los contenidos que la SEP ha desarrollado para televisión.
Ahora bien, aproximadamente el 11% de los hogares mexicanos, algo así como 14 millones de personas, carecen de un aparato televisor, esto representa un fuerte desafío ya que muchos jóvenes y niños prácticamente no tendrán posibilidad de seguir sus clases por ninguna vía.
La televisión, como principal fuente educativa, está lejos de ser perfecta. Entre las muchas carencias que presenta, la principal puede ser que no se cuenta con alguien que pueda revisar el trabajo escolar, esa labor correspondería a los padres, los cuales dada la situación económica que vive el país, difícilmente tendrán la oportunidad de hacerlo, y no digamos las evaluaciones o retroalimentaciones que deberían de realizarse para sustentar un desarrollo educativo, esto es aún más difícil de suplir.
Este es un problema recurrente que encontrara la educación a lo largo de toda América latina.
Mientras que, en los países ricos, los debates sobre como impartir educación en forma remota se han centrado en la manera de poder hacerlas más entretenidas o más interactivas; En nuestra realidad tenemos que voltear nuevamente a la televisión educativa, aún a sabiendas de que las telesecundarias o teleprimarias que se han establecido durante años a lo largo del país, han sido un total fracaso.
Hemos perdido mucho tiempo sin modernizar y ampliar nuestro acceso internet, el cual solo se ha quedado en intenciones y muy lejos de las acciones.
Otra situación que golpeará fuertemente al aspecto educativo es la economía. Millones de niños y jóvenes deberán hacer un lado sus estudios para buscar una forma de trabajo y apoyar en la economía del hogar.
Las cosas para variar, no pintan bien. Con esta estrategia en marcha, quedarán muchas dudas acerca del verdadero aprovechamiento de este ciclo escolar, todo el sistema básico se pondrá a prueba y ahora más que nunca es cuando se deben redoblar esfuerzos padres e hijos, para que en conjunto sea posible sacarle el mejor partido a esta situación.
Ni hablar, un reto más para los mexicanos.