Cuando el poeta romano Juvenal escribió en su sátira X la cita “Panem et Circenses”, refiriéndose a los métodos populistas que organizaba el antiguo imperio romano para ganarse adeptos y favores del pueblo, jamás imagino convertirse en un prominente futurólogo político, que terminaría definiendo una estrategia de gobierno que ha prevalecido durante siglos.
Haciendo honor a esta práctica, nuestro nuevo gobierno dispuso el fin de semana de 1,703 mesas de consulta en 538 municipios de nuestra nación, las cuáles según sus palabras, fueron instaladas para realizar un ejercicio de democracia y permitir que el pueblo de México participe y tome las riendas en las decisiones importantes del país. No importa que este ejercicio haya sido cuestionado por académicos, empresarios, sociedad en general. No importan los estudios previos para la factibilidad de un proyecto de esta naturaleza. Tampoco importa que esta consulta este lejos de un ideal democrático, de acuerdo a los números preliminares, tuvo una participación del 1%, tomando como referencia el padrón electoral.
El resultado de todo este circo, como era de esperarse dadas sus peculiaridades, fue la cancelación de la obra en Texcoco y el sí a la opción de pistas adicionales en Santa Lucía. Ante las críticas, AMLO salió en defensa de este proceso argumentando que solo los corruptos se oponían al mismo.
El proyecto de Santa Lucia es promovido por su contratista de confianza José María Riobóo, aquel célebre personaje de los segundos pisos, situación que por sí sola no despierta la mayor de las confianzas.
Nuestro presidente electo pretende escudarse en la supuesta opinión ciudadana para sustentar ideas o proyectos, que sinceramente con el uso de la razón, merecen otro argumento. Recordemos aquel lejano 2001 cuando se le ocurrió consultar sobre el horario de verano por considerarlo un artilugio más de la “mafia del poder”, en ese entonces el 75% opino en contra de esta medida, sin embargo, aquí seguimos adelantando y atrasando nuestro reloj, no por un capricho, sino por una situación fundamentada. La diferencia con aquel entonces, es que ahora él es el máximo dirigente de nuestra nación.
Si este ejercicio dictará el proceder para la toma de decisiones en nuestro país, ya valió …… pobre México, la cuarta transformación ya llego y sabrá Dios en que nos transforme. Lejos de llevarnos a mejores perspectivas, debemos prepararnos para una época de “encuestitis”, donde no se sí habrá mucho pan, pero seguramente habrá mucho, pero mucho circo.
