Este año 2020 ha sido un año muy complicado, el mundo entero ha sufrido los terribles embates de una pandemia y las consecuencias que la misma ha ocasionado son incontables.
Nunca en la historia moderna, algún evento ha modificado tanto la vida cotidiana, ni siquiera las guerras mundiales.
Esta pandemia ha tenido fuertes repercusiones en el sector económico, deportivo, cultural y sobre todo, en el sector social.
La humanidad entera, ha tenido que confinarse en contra de su voluntad, ha tenido que sufrir la partida de sus seres queridos, sin la oportunidad de poder despedirse de ellos y la amenaza no termina, en estos momentos, en muchos lugares del mundo se vive un nuevo confinamiento ocasionado por el creciente temor de un nuevo y más mortal rebrote de este virus.
Este año 2020, nos ha dado una lección de vida. Hemos aprendido a respetar la existencia misma, a valorar las cosas simples que la vida nos entrega y descubrir que aquello que llamábamos normal, era en verdad lo más preciado que teníamos.
Este año, hemos sufrido la partida de mucha gente. Familiares, amigos, personas que tal vez no era su momento de partir y esto es algo que no dejará de doler en mucho tiempo.
Muchas familias han visto cómo ha cambiado su futuro, porque han perdido a un ser querido, porque han perdido su trabajo o por que la pandemia les ha quitado cualquier posibilidad de salir adelante.
Y todo esto no cambia mágicamente en una noche o con el simple hecho de ver un 21 en el calendario.
Enfrentaremos un año difícil, iniciamos con mucha esperanza, porque en las vacunas empezamos a ver el principio del fin de una pandemia, pero este principio tiene aún mucho camino por recorrer.
Las repercusiones que el covid19 trae consigo, no se acabarán repentinamente, en especial para quienes han perdido a un ser querido.
Cada año que comienza, hacemos planes sobre las expectativas que tenemos del mismo, elaboramos una serie de propósitos, hacemos rituales o vestimos alguna prenda de tal o cual color dizque para atraer la suerte, el dinero y la buenaventura.
En esta ocasión, dejemos esto atrás, sigamos optimistas y con esperanza, pero busquemos la forma de apoyar a nuestro semejante, todos necesitamos algo de alguien.
Si tenemos la oportunidad de servir y tender a nuestros semejantes una mano de apoyo, hagámoslo.
Que este 2020, sea el año en el que aprendimos de la fragilidad de nuestra existencia y que esta experiencia nos haga crecer como una humanidad más empática, más solidaria, como una humanidad más humana.