En los últimos días, hemos vivido una serie de sucesos que solamente evidencian el grado de violencia que vivimos en nuestro país.
Esta situación nos ha colocado en el ojo internacional y ha sido objeto de múltiples señalamientos de todo tipo.
Uno de los más fuertes realizado por la prestigiada revista británica The Guardian Weekly, al colocar en su portada en letras ensangrentadas la leyenda “100 Deaths a Day” (100 muertes al día), en una clara alusión a la situación que se vive día a día en la lucha contra los carteles de droga en México.
Lamentablemente como sociedad hemos empezado a acostumbrarnos a escuchar en los informativos nacionales, sobre las múltiples escenas de asesinatos a lo largo y ancho de nuestra nación.
Este 2019, se perfila como el año más violento en la historia moderna de México. Hace casi un año el gobierno federal se comprometió a finalizar esta encarnizada lucha contra los cárteles, mediante una estrategia que promoviera la política social.
Hoy, casi 30 mil asesinatos después, es claro que esa estrategia no ha funcionado.
La agenda nacional se ha visto sacudida recientemente por el operativo ocurrido en Culiacán y por el ataque a la familia Lebarón.
Este último, marcado por la brutalidad con la que las víctimas, en su mayoría niños, fueron ultimados.
Estos hechos no hacen más que resaltar la inoperancia de nuestra fallida operación anti violencia.
Lejos de las acusaciones, las excusas, los discursos mecánicos de indignación y solidaridad, debemos de analizar el ¿Porqué de esta violencia?, falta cultura, falta educación, faltan oportunidades de desarrollo, o todas estas juntas.
Nadie quiere vivir ligado a la peligrosidad de una actividad ilícita.
Es la necesidad y falta de oportunidades, las que en ocasiones orillan a una persona a tomar este camino, un camino que sabemos, nunca lleva a buen término.
Vivimos en una época en la que México necesita de todos para poder cambiar, no estemos esperanzados a que vendrá un gobernante mesiánico que resolverá todo por el simple hecho de acusar a los delincuentes con sus abuelitas.
La vida real no es así, en el México real necesitamos trabajar todos, para que cada ciudadano tenga la oportunidad de aspirar a una mejor calidad de vida, necesitamos generar desarrollo y prosperidad, a pesar de la situación, a pesar de la violencia, a pesar de la falta de educación y sobre todo, a pesar de nuestro gobierno.