Política

José... era lo que cantaba

  • Notivox Retro
  • José... era lo que cantaba
  • Carlos Díaz Barriga

Escribo este texto a toro pasado... algunas horas después. Ya se ha desahogado el dolor colectivo, la reacción de los cercanos, el facilote lugar común y la cursilería en muchos medios informativos; la sensibilidad y el profesionalismo en varios otros; ya también la reacción en el inmenso mar de las redes, donde navega ese mexicanísimo humor negro que todo lo salva (“Si José José nos hubiese querido sobrios, se hubiese muerto en lunes”)... o donde surge lo genuino, como esas imágenes de espontaneidad de gente que lo llora cantándolo dentro de un microbús. Los pasajeros no se conocen entre sí... nunca se volverán a ver; pero jamás se van a olvidar.

Señala lapidario y puntual el querido Benito Castro: “Primero Gualberto y ahora José. Ahí están dos vacantes... ¿quién se atreve a ocuparlas, jóvenes?”

La gran mayoría de quienes hemos rondado de una u otra manera los sótanos y los altares de la cultura popular, conocimos de cerca a José José... una y otra vez, en entrevistas –de profundidad o de banqueta-, en reuniones con amigos comunes, en maravillosas fiestonas inevitablemente inolvidables... o en terribles madrugadas y amaneceres convenientemente olvidables.

Y supongo que todos podemos confirmar, como lo decíamos entonces y como lo diremos siempre... más allá de que para algunos fuera el mejor o no, el más exitoso o no, el de mayores facultades o no, era... sí: el artista más querido de este país. Por lo menos en el último tercio del siglo XX (Pedro Infante ya había muerto en el 57)... y hasta el momento de escribir estas líneas.

Todo consistía, sin duda, en esa autenticidad que en sus tiempos de gloria artística... los años 70, los 80 y una piscacha de los 90, implicaba un valor. De manera que con toda su voz, con todo su tórax, con aquellos pulmones y con toda su verdad, hoy por hoy hubiera sido nadie.

En los tiempos del éxito virtual, no creo que hubiera conseguido el video viral para que millones lo retuvieran en la memoria 48 horas, ni los ‘likes’ necesarios para alcanzar una fama global de dos años de duración... como ahora es lo que, perecedero, es.

Su público, de cualquier estrato social, nunca sintió estar ante un buen producto de mercado, sino ante alguien que en cada estrofa le iba contando su propia y desgarradora historia. Para acabar pronto: José era lo que cantaba.

Por lo demás, dado su poder de convocatoria a las masas, se convirtió en el gran referente de un cambio de época. Antes de él, el bolero. A partir de él, la balada. No importa quiénes hubieran llegado antes... no importa quiénes arribaron después. Primero, en el 69 (hace exactamente 50 años) con ‘Cuidado’ del músico argentino Chico Novarro; luego en el 70 con ‘La nave del olvido’, del humorista argentino Dino Ramos. Y el tercer golpe... ¡el nocaut!, con su interpretación televisada en el Segundo Festival de la Canción Latina desde el Teatro Ferrocarrilero de Tlatelolco, de ‘El Triste’. Cosas buenas de estos tiempos, ese video ha alcanzado en las últimas horas, 100 millones de visitas en Youtube.

Para la reflexión de la historia de la música popular, ese momento. Decíamos, por el tránsito del bolero a la balada... pero cuánto y más si resaltamos en este mismo sentido que ‘El triste’ es del tamaulipeco Roberto Cantoral, creador del boleros antiguos como ‘El reloj’, ‘La barca’, ‘Demasiado tarde’ o el más bello que compuso: ‘Regálame esta noche’.

La humildad permanente de José no era una pose. Hombre agradecido que vivía de recordar todos los días a cuánta gente le debía algo, solía citar los nombres de Armando Manzanero -sin quien no hubiera conseguido entrar al elenco de la RCA Víctor- o de Rubén Fuentes, que lo fue a sacar de un cabaret llamado el Apache 14 (propiedad de los cantantes Carmela y Rafael), para llevárselo a aquella disquera. Todos le oímos alguna vez reconocer cuánto le debía a Pepe Jara, por enseñarlo a respirar y a cantar ‘¡desde adentro!’ en el bar ‘El farolito’. Y a su mamá, ¡las milanesas que le hacía cada 17 de febrero!, día de su cumpleaños. O en otros terrenos, lo que le debía a Tina Galindo, a Darío de León y al periodista Ricardo Rocha que, una vez tocado el fondo del fondo, calladamente lo fueron a rescatar de algún oscuro refugio creo que en Tulyecualco, allá por Xochimilco, para mandarlo a un centro de rehabilitación en Mineápolis. Siempre recordaba a Flavio, el comediante... fallecido paradójicamente hace apenas unos días: “A Flavio no puedo decirle que no a nada nunca... le debo la vida”. Le iba a contar chistes al hospital para que sólo así, lograra expectorar en una primera y juvenil crisis pulmonar. Confirmándose apenas el poder de la risa. Literalmente.

Seres medulares en la vida de este noble ser... José dos veces para honrar el nombre del padre homónimo y alcohólico que pronto se fue de la casa y poco después de la vida. Además de los mencionados, pues, se me ocurre su amigo Napoleón... quien le compuso ‘Lo que un día fue no será’ y varias más. No se diga la dupla española de compositores que le dio todavía más fuerza y rumbo a su carrera: Rafael Pérez Botija y Manuel Alejandro, quien le dirigió en 1983 “Secretos”, el álbum más exitoso en la carrera del intérprete nacido, por cierto, y hasta donde se lo oí decir, en la Calle de las Artes, de la colonia San Rafael. Aunque crecido sí, en Clavería.

No es de saberse durante cuántos días, durante cuántos mezcales más... pero aunque sea de momento... ‘El triste’ es México.

José José podía en el trayecto alargar una nota... y subirla de tono, porque sabía como pocos, respirar. José Sosa así aprendió a vivir, sin pausa; y muchas veces... sin aliento. Un hombre querido sin límite. Que nunca aprendió a decir que no.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.