El 20 de marzo es el día límite en el que el Congreso de la Unión tendrá que emitir las leyes secundarias de la reforma a que transformó nuestro Sistema de Transparencia, a su vez, los estados tendrán hasta el 18 de junio para armonizar las leyes estatales. Ante la decisión tomada, es una gran oportunidad para repensar los alcances de la transparencia y la utilidad social de la misma. Les recomiendo seguir el debate en los foros que se están dando en Jalisco para diseñar el nuevo esquema, y, además, aquí aporto 5 ideas:
1. Debe vincularse la transparencia con la participación ciudadana; por ejemplo, crear y publicar un catálogo anual o semestral de temas relevantes que discutirán los poderes públicos dando la posibilidad a que la ciudadanía los conozca y pueda someterlos a plebiscito o referéndum.
2. Crear una nueva categoría de información: información relevante, que distinga entre la que sirve y no sirve para la ciudadanía. Todas las unidades de transparencia saben cuál es, incluso, citando a Eduardo Bohórquez, la IA lo puede hacer. Lo más peligroso de la información pública es que se vuelva irrelevante para las personas.
3. Empoderar a la ciudadanía en materia de contraloría social; por ejemplo, que sea obligación que en el sitio de todas las obras públicas se publiquen en carteles los datos de la constructora, el costo del contrato, el número de kilómetros a pavimentar, el material que debe usar, el número de semáforos a instalar y el tiempo en el que debe terminar, y en caso de incumplir, que la ciudadanía presente una queja ante contraloría.
4. Publicar información relevante en espacios públicos: en los parques sobre clases deportivas o culturales que ofrece el gobierno; en las paradas de camión sobre rutas, frecuencia de horario y si va llena o no la unidad en tiempo real; en centros de salud, las vacunas que están disponibles en su página web o en un cartel que se actualice diario. Simplificar y darle valor social.
5. Separar la materia de protección de datos personales y crear una agencia estatal que permita la autonomía en su actuar.
Para implementar estas ideas se necesita tener una visión amplia de la transparencia, donde la relevancia, exigencia y participación ciudadana jueguen en la misma cancha y no en diferentes estadios, como algunas veces sucede en el diseño institucional mexicano.