El nombre de Puebla no le hace justicia. A simple vista se nota que “Puebla” deriva de “pueblo”, o sea la designación genérica de un centro de población. ¿Qué clase de nombre es este? Es como si una persona se llamara “humano” o si un centro educativo se llamara “escuela”. “Puebla” es un nombre propio, pero en realidad no lo es.
La cosa se pone peor, porque usamos la palabra “pueblo” en oposición a “ciudad”. Con más de tres millones de habitantes en la zona metropolitana, Puebla es una genuina ciudad. ¡Pero su nombre hace pensar en un pueblito! Esto no ayuda a la crisis existencial de Puebla, condenada a vivir opacada por la gran Ciudad de México.
No siempre tuvimos un nombre genérico. Según los historiadores, el valle de Puebla solía llamarse “Cuetlaxcoapan”. Esta voz Náhuatl se traduce a “Lugar donde cambian de piel las serpientes”.
Los textos coloniales se refieren a Puebla como “La Ciudad de los Ángeles”. Según la leyenda, Puebla se fundó a instancias de Julián Garcés, obispo de Tlaxcala, quién soñó con ángeles que trazaron el plano inicial de la ciudad. Mediante Cédula Real de 1532, se otorgó una “carta puebla” autorizando la fundación de la “Ciudad de los Ángeles.” Con el tiempo se olvidaron de los ángeles, restando sólo el “puebla” del documento jurídico fundacional. Todavía quedan ecos de la nomenclatura original cuando informalmente hablamos de la “Angelópolis”.
Con la batalla del 5 de mayo de 1862, Ignacio Zaragoza se volvió héroe y el nombre de la ciudad cambió a Puebla de Zaragoza. Por lo visto, ese nombre no pegó. Nunca he escuchado a nadie hablar de la ciudad de Zaragoza, o referirse a los poblanos como zaragozanos. Además, Zaragoza no era poblano. Nació en la actual Texas y pasó su corta vida de campaña por toda la República. Como nadie le llama Zaragoza, nos quedamos con el genérico “Puebla”.
¿Cómo se puede tener una auténtica identidad cuando no se tiene un nombre propio? Revindiquemos el originario “Cuetlaxcoapan”, el colonial “Ciudad de los Ángeles”, o inclusive, “Zaragoza”. Pero basta ya de ser la ciudad que se llama pueblo.