Cultura

¿Ya es lo menos?

Para Demetrio esta mañana es como cualquier otra, debe levantarse de la cama, vestirse, tomar sus tiliches y encaminarse a la garita de la Viga. Ya estando allá debe buscar un buen lugar y, mientras espera, destinar una moneda de medio real de plata para desayunar algo. Después de eso deberá estar atento cuando comiencen a llegar los arrieros y campesinos, principalmente los que traen el azúcar, frijol y haba, ya que en el centro de la ciudad ya tiene clientes seguros. Sabe que tiene que ser cauteloso, ya que, para los comerciantes formales, las personas como él son mal vistas, a cada rato escucha expresiones como “ya llegó este regatonero”, y lo peor del caso es que cada día son más.

Dentro del mundo de la lingüística, las palabras tienen la característica de cambiar o desaparecer con el paso del tiempo. De este modo nos encontramos con una que puede ser, fonéticamente hablando, fácilmente confundida con un género musical. Pero que no tiene una similitud en ninguno de sus sentidos. Nos referimos a la regatonería, que hace alusión a una serie de personajes que, a partir el periodo Novohispano, encontraron en la reventa de todo tipo de productos, a las afueras de los mercados o en calles concurridas, una forma para ganarse la vida.

De acuerdo con el artículo Ordenar y castigar. La vendimia callejera y la regatonería, publicado en el mes de febrero de 2025, en la revista Relatos e historia en México, se aborda temas en torno a los mercados y tianguis, específicamente en la ciudad de México, donde, además de dar un recorrido histórico, rememoran actividades como la reventa o intermediación de las mercancías, que para aquel entonces se conocía con el término ya mencionado, regatonería. Esto nos permite dar paso a hipótesis del origen de palabras como regatear, que significa el buscar negociar un mejor precio de compra, ya sea por medio de la oferta de una cantidad menor, con tal de asegurar la compra, o con la propuesta de comprar varios productos.

Sin embargo, para la época novohispana, la regatonería significó un problema tanto en el pago de impuestos, conocidos como alcabalas, así como conflictos en la fluctuación de precios de productos alimenticios. Y tenía un impacto entre los mercaderes, tianguistas y el consumidor. Se reporta que, en un inicio, esta práctica era llevada a cabo por españoles y criollos, quienes podían pasar desapercibidos por las autoridades y lo hacían mediante el pago de un soborno; conforme pasó el tiempo, todos los grupos sociales, mestizos, indígenas, mulatos, etcétera, comenzaron a realizar la misma práctica. Como medida de contención se dispusieron estrategias como el decomiso de las mercancías, pago de multas, imposición de trabajos forzados y hasta dos años de cárcel, esta última solo para el caso de ser español.

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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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