Cultura

Atracón de inquietud

Dentro de aquella oficina cada minuto se siente como una cadena perpetua. El trabajo sin fin no deja tiempo para que Damián logre, siquiera, terminarse aquella taza de café, ahora helado, que desde el inicio de la mañana se preparó con mucho esmero. Entre tecleos constantes, mira de reojo su lonchera, la cual resguarda de manera celosa las mejores viandas que pudo surtir su fiel amada. De un momento a otro el Sol cambia su dirección, ahora se encuentra en su zenit, el mediodía llegó y el sistema digestivo comienza a manifestarse. Entre un crujir de tripas y un ligero dolor de cabeza, Damián inicia el proceso de deshidratación y baja de glucosa, el cual expresa con Manuel, quien de manera inocente le pregunta cómo va con ese reporte, a lo cual recibe una maldición con un tono de voz tan alto que se escucha en todo el piso. De manera tranquila Manuel le acerca a Damián un vaso con agua y comparte un poco de semillas que trae consigo, no sin antes decirle te entiendo, yo también ya tengo hambre.

Mucho se habla, hoy en día, de las problemáticas de la salud relacionadas con el estrés laboral y los hábitos alimenticios. Tanto en programas televisivos, redes sociales y planes gubernamentales, en asociación con la iniciativa privada, se presentan planes de acción contra la obesidad, hipertensión o diabetes. Sin embargo, pareciera que se omite, o da por hecho, la relevancia mental y su correlación con la gula. Lo cual pudiera ser uno de los primeros pilares para atender, y que esto, a su vez, repercuta en una mejor concientización a la hora de seleccionar el tipo de alimentos que consumimos, el momento idóneo para hacerlo y hasta cómo identificar cuando comemos por estrés.

Con base en el artículo: De la antropología de la alimentación de Igor Garine, el antropólogo Ricardo Ávila da una amplia explicación de este trabajo, a quien considera uno de los más destacados investigadores de la antropología de la alimentación. Y, por otro lado, da un repaso de los elementos sociales que se interrelacionan con la alimentación, como lo son el estatus, la vida moderna, la economía y sus símbolos a lo largo del tiempo. En el caso específico de la gula, lo clasifica como una expresión festiva, fuertemente vinculada con la cultura. Desde una perspectiva de las sociedades modernas, el estrés se expresa mediante la gula, y ésta, a su vez, por medio del consumo indiscriminado de carbohidratos y lípidos, de dudosa calidad, en grandes cantidades, materializados en botanas o snacks. Donde, según el nivel de estrés es la intensidad de la gula, lo cual desencadena las enfermedades mencionadas líneas arriba.

Finalmente, podemos decir que en México nos consideramos glotones, antojadizos y hasta gusgos, pero en realidad podríamos estar omitiendo una realidad, vivimos en tiempos donde se ve a la comida como una forma de aminorar los puntos críticos de ansiedad y el estrés, y por medio de una bolsa de papitas, con su crujir, canalizamos ese sentimiento, pero a un alto costo.


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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