Matar a un ruiseñor, título original en inglés: To Kill a Mockingbird, es una novela gótica y sureña escrita en 1960 por la estadounidense Harper Lee. Su publicación tuvo un éxito instantáneo: ganó el premio Pulitzer y pasó a convertirse en un clásico de la literatura estadounidense. En el siglo XX, Matar un ruiseñor fue el libro más leído sobre el tema racial en Estados Unidos.
Narra la historia que transcurre en los años 30 del siglo pasado, en la época de la gran depresión de los Estados Unidos, en una pequeña población sureña en Alabama. Su protagonista es Atticus Finch, un abogado viudo que trata de educar a sus dos hijos en la tolerancia de una época donde los miedos y miserias eran provocadas por una profunda crisis económica y donde lo único que se vislumbraba era una gris desesperanza. Atticus debe defender a un hombre negro, Tom Robinson, que es acusado de haber violado y golpeado a una mujer blanca. Atticus enfrenta los prejuicios de una sociedad dominada por los odios y prejuicios y a un jurado compuesto por 12 hombres blancos que hace prever el veredicto de culpabilidad.
Al igual que el libro Matar a un ruiseñor, México enfrenta la convivencia de generaciones y razas en un entorno de contradicciones peligrosas y optimismo limitado. La obra nos dirige en su esencia hacia la injusticia racial y la destrucción de la inocencia que predomina en nuestro país.
México es un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Aunque hay elementos comunes, las características, necesidades y problemas de las personas que integran cada uno de esos grupos son distintas y suelen agravarse por alguna otra condición de vulnerabilidad, como el género, la edad, la situación económica y, en particular, el estatus migratorio. Los grupos más discriminados son las personas migrantes en tránsito irregular por México; es decir, quienes pasan por el país sin la documentación oficial necesaria para llegar a su destino, casi siempre Estados Unidos, y donde predominan las niñas, niños y adolescentes no acompañados.
Actualmente los migrantes se encuentran en una posición de prejuicio y desventaja, que se traduce en la violación de sus derechos humanos por parte de funcionarias y funcionarios de todos los niveles de gobierno; la violencia de grupos criminales como robos, secuestros, violaciones, tráfico de menores y de órganos, trata de personas; las detenciones arbitrarias; la falta de acceso a servicios básicos como atención médica y acceso a la justicia, así como la indiferencia de la sociedad mexicana que los atiende con reacciones xenófobas, racistas e intolerantes que no deben de pertenecer a la esencia de lo que somos como sociedad. Esta intolerancia se encuentra basada en fuertes prejuicios hacia otras identidades culturales y que son dirigidas a excluir y marginar a la persona o al ser humano que busca una opción diferente para poder sobrevivir.
El libro Matar a un ruiseñor nos enseña la importancia de educar a nuestros hijos bajo los principios de solidaridad, equidad, respeto y empatía, los cuales son la esenciales para conformar una sociedad que le de vida a un país con el futuro que todos anhelamos. Si realmente queremos transformar la realidad de nuestro país empecemos en casa, recordando que el ejemplo entra por los ojos y no por los oídos.