Cómo disfrutamos caminar entre espacios arbolados plenos de vegetación colorida y aromática, que brinda momentos de tranquilidad,y reflexión. Sin embargo esta circunstancia es cada vez más inalcanzable en zonas urbanas, donde los parques y jardines significan el contar con al menos 10 a15 metros cuadrados de área verde por habitante como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud.
El espacio de los jardines para el disfrute es muy antiguo, cabe destacar que también muchos de ellos se orientaron al estudio y conocimiento de las propiedades de las plantas que ahí se resguardaban. En las referencias históricas encontramos que el primer jardín dedicado al estudio de las plantas se ubicó en el Liceo de Atenas, posteriormente en Mesopotamia, China, hasta llegar a Italia en donde se estableció el primer Jardín botánico moderno por el profesor de botánica Luca de Ghini en 1544. Previo a este Jardín existían ya en el México antiguo una marcada vocación e interés por las plantas, conocer su forma de vida, uso medicinal, alimenticio y su cultivo, en jardines que causaron gran impresión a los conquistadores como narra el cronista Javier Clavijero cuando refiere “…además de las sementeras de maíz y otras semillas tenían los mexicanos un gusto exquisito en la cultura de huertas y jardines que habían plantado con bello orden, árboles frutales, yerbas medicinales, flores de que hacían grande uso por el sumo placer que en ellas tenían los mexicanos…”
En este afán los jardines podían ser lúdicos, huertas, chinampas, bosques y jardines botánicos.
Los lúdicos se dedicaban al placer estético por lo que no se cultivaban hortalizas ni frutas ya que para eso se dedicaban las huertas. Como en Europa,éste tipo era de los gobernantes.
Uno de los jardines más famosos fue el de Nezahualcóyotl en Texcoco, su palacio tenía pinturas de plantas y animales raros que había en el imperio de Acolhuacan. Otro jardín espectacular era el de Itztapalapa, y el magnífico jardín de Moctezuma con huertas, bosques, y con más de 10 estanques para la cría de peces y aves e incluso un zoológico que se ubicaba en lo que hoy es el convento de San Francisco. Respondamos en esta primavera a laprehispánica y ancestral vocación por la naturaleza haciendo de nuestros jardines un lugar que resguarde la biodiversidad y promueva la necesaria cultura ambiental.