En mi niñez los niños soñaban con ser pilotos y las niñas azafatas. Poder volar y conocer el mundo era un sueño que la aeronáutica permitía realizar. Los chicos de hoy quizás han extendido sus sueños de volar al espacio exterior, pero aún así, cada avión que pasa por encima de nosotros y cada vez que subimos a uno de estas máquinas voladoras sentimos curiosidad y admiración por cómo el ser humano logró realizar su fantasía de volar.
La película **Caja negra (Boîte noire) de Yann Gozlan se nutre del interés y la curiosidad por el mundo de la aeronáutica del espectador. Y digo “se nutre” ya que, empacado en un thriller efectivo y entretenido, el relato se desplaza por los distintos ámbitos de la aeronáutica, desde la fabricación de un avión, el funcionamiento del sistema de vuelo, las empresas involucradas, los pilotos, el personal de cabina hasta los pasajeros que confían en viajar seguros y llegar con bien a su destino. Lo que de manera especial, despierta nuestro interés es la famosa caja negra – que ya no es negra sino de color naranja – que contiene el registro de los ruidos y conversaciones de los pilotos. Sabemos de su importancia para determinar las causas de un accidente pero no hemos visto ninguna y no sabemos qué información contiene ni quién ni cómo se analiza.
La película **Caja negra se centra en la historia ficticia del desplome de un avión que despegó en Dubai rumbo al aeropuerto de París y se estrella en los Alpes causando la muerte de las 300 personas a bordo. El experto en el análisis de registros de audio Mathieu Vasseur (Pierre Niney), quien trabaja para la organización de investigación y el análisis de accidentes aéreos francés BEA, es encargado de investigar el caso. Con su extrema sensibilidad para los sonidos (sufre de ataques de tinnitus) y su pasión por la investigación, Mathieu sigue, pista por pista, los indicios y las distintas causas que pueden haber llevado al accidente: Terrorismo, falla mecánica o error humano. Así descubre no sólo los puntos débiles de la tecnología, las empresas aeronáuticas y el negocio de la aviación, sino la posibilidad de una red de complicidades y corrupción que ponen en riesgo la seguridad de personal y pasajeros..
Como producción francesa Caja Negra se distingue por la gran eficacia con la que construye un relato de suspenso, alimentado por el cuestionamiento de la ética de los negocios y los dilemas morales de los involucrados. La fragilidad del protagonista cuyas obsesiones, conflictos, dudas, dilemas y decisiones tienen consecuencias, crea suspenso y empatía. Las escenas a bordo del avión que muestran, bajo distintas perspectivas, los sucesos previos al desplome, crean identificación con los pasajeros que están confiados en viajar seguros. El seguimientos de las pistas de investigación y los problemas humanos no impiden, sin embargo, que aprendamos acerca de la aeronáutica, conozcamos cómo funciona un simulador, cómo se orientan los pilotos en el aire y qué intereses se mueven detrás del negocio. **Caja negra no sólo revela el poder y la complejidad de los sonidos sino la vulnerabilidad del sistema y negocio de la aeronáutica.
Annemarie Meier