El título Madres paralelas de Almodóvar nos recuerda sus filmes Todo sobre mi madre (1999), Los abrazos rotos (2009) y Dolor y gloria (2019), que también - aunque de manera muy diferenciada – giran alrededor de personajes y roles de madres. En Madres paralelas el realizador se centra en dos madres de diferentes edades y contextos sociales para extender el tema de la maternidad y la línea materna a varias generaciones de mujeres.
La película gira alrededor de Janis (Penelope Cruz), fotógrafa profesional de unos cuarenta años y Ana (Milena Smit) adolescente de diecisiete años, quienes se conocen en el sanatorio donde dan a luz. Conversan acerca de sus embarazos “por accidente” e intercambian números de teléfono antes de regresar a casa con sus hijas recién nacidas. La experiencia de volverse madres al mismo tiempo las ha unido en momentos importantes y las circunstancias las obligan a fortalecer los lazos que unen sus vidas.
La historia de la relación entre dos mujeres de distintas edades muestra cómo la maternidad transforma la vida de una mujer. Janis, la mayor, parece convertirse en una mamá sobreprotectora hasta que el padre de la bebé, un antropólogo forense casado, duda de su paternidad y le propone hacer una prueba de ADN. También la jovencísima Ana descubre su sentimiento materno pero necesita ayuda para cuidar a la bebé. En la primera parte, el filme no sólo observa distintas maneras de asumir la maternidad sino también la necesidad de una madre de seguir siendo una mujer con deseos, necesidades y objetivos propios.
La maternidad, sin embargo, no es el tema central del filme. A través de los personajes femeninos secundarios, los sucesos, acciones y diálogos, Almodóvar teje un relato que abarca varias generaciones de mujeres que, como hijas, madres, abuelas, bisabuelas, sobrinas y amigas, han experimentado la historia de un país que aún no termina de superar su pasado fascista, buscar a los desaparecidos y enterrar a los muertos. Janis - quien debe su nombre a la afición de su madre hippie por Janis Joplin - representa a una generación que siente la necesidad de confrontar al pasado. Cuando Ana, nacida en este milenio, le sugiere dar vuelta a la página, Janis se enoja y le grita “aprende a conocer el país en el que vives”. Inicio y desenlace del filme son más que elocuentes: Antes de dar la bienvenida a una nueva generación hay que abrir las fosas del pasado y enterrar los restos de los antepasados que fueron asesinados por combatir la dictadura.
Madres paralelas, es, sin duda, una advertencia de Almodóvar frente al fortalecimiento de las voces de ultraderecha de España. Desde los créditos iniciales que muestran una cinta fotográfica como testigo del pasado, la narrativa y estética con la que “arma” la historia de Janis, Ana, sus madres y abuelas, el realizador nos recuerda que el presente está cargado de pasado. Su lado pop con atributos femeninos como zapatos de tacón, maquillaje y una mujer transgénero que sirven de modelos, comenta la masculinidad heterosexual pero también el tratamiento clisé de la diversidad. Elementos con los que refresca el toque Almodóvar en un filme tan elegante como convincente.
Annemarie Meier