Aparentemente los museos duermen durante la pandemia del Covid-.19, o están somnolientos.
Algunos cerraron sus puertas de forma definitiva.
Pero hay instituciones que luego de realizar colectas, subastas, de pedir apoyo de la comunidad, juntaron dinero para pagar sus deudas y seguir adelante.
Otros apelaron a su status cultural en países donde la cultura es importante para sus gobiernos y están en pie, en otros lugares, como la Comarca lagunera, los tres niveles de gobierno han apoyado para que sigan vivos y en actividad.
Hay un tema paralelo en esta etapa invernal en los museos, algunos se fueron a dormir, es verdad, pero otros no solo están abiertos, aunque con horarios restringidos como los museos municipales de Torreón y del estado de Coahuila, sino que están activos en la generación de contenidos, como el Museo Arocena, según anunció en sus redes sociales.
En el exterior y luego del gran susto presupuestario vivido en 2020, Museos como el del Prado, en Madrid y el Louvre, en Francia, el MARCO en Monterrey, estuvieron a punto de comenzar a rematar parte de su patrimonio para salir adelante en sus gastos.
Y otras instituciones no solo no están en la hamaca, sino que están atentas para trabajar con premura si se requiere, esto está sucediendo en este momento con el Museo Nacional de Historia Estadounidense que luego del fallido golpe de estado en la Unión Americana el pasado miércoles 6 de enero, se dio a la tarea de recopilar testimonios del asalto al Capitolio, anunció ya que tiene letreros, banderas, pancartas y panfletos.
No dijeron, pero seguramente tienen también videos que habrán podido bajar de medios de comunicación.
Voceros del museo anunciaron este día que parte de su misión es testimoniar el experimento político norteamericano en todos los aspectos de la vida del vecino país y que luego de que se vivía la transición política como un proceso pacífico, este año se vio alterado por los sucesos violentos y mortales del 6 de enero.
El Museo es administrado por la institución Smithsonian, está en el National Mall de Washington, espacio público actualmente cerrado para prevenir más desmanes en la ceremonia de investidura de Joe Biden.
Fue inaugurado en 1964 como Museo de Historia y Tecnología y adoptó su nombre actual en 1980.
Este es un ejemplo muy claro de cómo funciona un museo para responder a su vocación, en este caso la historia de los Estados Unidos de América.
Otro ejemplo de estos días es la reflexión en el Museo de la Guerra Civil de la Unión Americana sobre el ciudadano que entró a la rotonda del Capitolio con la bandera confederada, o del sur.
Entre 1861 y 1865 los ejércitos sureños no pudieron ondear su bandera en Washington y diversos estados de la Unión quitaron su legado confederado hasta muy avanzado el siglo XX. Pero en un momento, alguien entró al Congreso con la bandera de Robert Lee.
La cultura política en la Unión Americana se vio en serios problemas el miércoles negro.
Ahora, es importante que se recopilen datos, fotografías, videos, memes, imágenes, banderas, todo lo posible porque sin testimonios que enriquecerán a los museos, como sucedió hace 30 años con los restos del Muro de Berlín, Alemania, o hace 52 años con el movimiento del 68 en varios países.
Cuando visitamos un museo, creemos en lo que guarda, interpreta y comunica, los museos no son vitrinas en polvadas, el Smithsonian y el Nacional de Historia de la E.U.A. así lo demuestran.
Al terminar la jornada de los gases lacrimógenos, civiles armados en las calles, vidrios rotos y basura, el museo se puso a recolectar los testimonios, hizo su tarea.