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Las verdaderas Posadas

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  • Ángel Reyna

Se nos olvidó que las Posadas son motivo de reflexión, fiesta y encuentro. Fueron una herramienta de evangelización en el siglo XVI de la Nueva España, una lección de historia, fe y solidaridad que traspasa cualquier encasillamiento religioso, porque son el ejemplo perfecto de sincretismo y de discurso sencillo, popular y humanista sobre la necesidad de dar a otros lo que quizá no tenemos de más, de recibir de otros lo que quizá no queremos y de recordar que hubo una vez en un lejano país, un Niño que nació en un pajar, de padres humildes, él carpintero, ella ama de casa; que tuvo como compañía a un buey y un burro y que previamente, sus padres no fueron recibidos en las posadas de Belém porque estaban llenas y “no fuera algún tunante el que se atrevía a tocar la puerta”.

Lamentable olvido social porque ahora las Posadas son todo, menos la fiesta familiar, o de trabajo, o escolar, para convivir alegremente, con el recuerdo vivo de aquel niño que nació en la pobreza y que se convirtiría en símbolo de amor y de paz.

Es necesaria entonces una nueva envangelización, la del siglo XXI, que no haga otra cosa que recordarnos por qué nos reunimos, intercambiamos regalos, nos abrazamos y deseamos Feliz navidad, ¿de quién? ¿por qué? Las nueve posadas son las nueve lunas, los meses del embarazo de María de Nazareth, tiempo de Adviento que anuncia la llegada de un niño cuando crezca dará su vida para lograr nuestra libertad; no es fácil entender esto .

Hoy es la cuarta posada, nuestra juventud merece una revisión de la historia, presenciar con otra visión las Pastorelas, otro invento nuestro, los pastores van presurosos a Belén a ver al niño que nació en un pesebre, brindemos por ello, pero también detengamos un momento nuestra vida y platiquemos con los demás asistentes a la fiesta, ¿qué hacemos aquí? ¿cuál es nuestro papel en la difusión de la palabra del niño que es un símbolo de paz?Este mes ya fui a seis posadas y solo en una ví a José y María.

También fui al desfile de Navidad de Coahuila, ví a los personajes de Hollywood, pero ninguno era María o José.

El papel de los adultos, creyentes o no en el Niño que es desamparado y a la vez Dios, es platicar, participar en escenificaciones, rescatar tradiciones como las pastorelas acardenchadas de Sapioriz, Durango, en resumen, nuestro rol es transmitir a los jóvenes el mensaje de ese Niño que nació y vivió pobre y que nos dejó el ejemplo más bello, el dar su vida por los demás.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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