El tema de mi entrega pasada sigue dando de que hablar.
El robo, pérdida, daño o quizá algo parecido, de quizá 1,500 piezas del Museo Británico, provocó ya la renuncia del director del museo inaugurado en el siglo XVIII, la reanudación de reclamos de Grecia por la inseguridad del ex prestigiado Museo y la continuación del debate sobre el eurocentrismo.
La Ministra de Cultura de Grecia, Lina Mendoni, dijo que hay dudas sobre la credibilidad del Museo y reclamó la devolución a Grecia de los mármoles del Partenón, en Atenas.
La directora de un museo en Torreón me dijo con firmeza que algunos museos escriben fichas técnicas sobre algunos objetos donde exponen sus razones para no regresar esa pieza a su país de origen, lo que confirma su posición eurocentrista.
Claro que un gentleman del Parlamento desenvainó su bombín, fue el diputado conservador Tim Laughton, alegó que las declaraciones de la ministra "son de un flagrante oportunismo".
Pero hay más, las goteras en el Museo Británico en 2019 también fueron censuradas por personajes como la presidenta de la Asociación de Arqueólogos de Grecia, Despina Koutsoumba, que se ha mostrado preocupada por el estado y la seguridad de los mármoles que fueron arrancados (literal) del Partenón en 1816 y expuestos en Inglaterra al año siguiente.
Hay más, en 2021 también entró agua de lluvia al museo más famoso de la Gran Bretaña.
Loughton, luego de una profunda reflexión, dijo que lo sucedido en el museo Británico es una lección para todo el mundo.
En realidad, en países como el nuestro pasan cosas aún más surrealistas, desaparecen museos enteros, como pasó en Torreón hace unos años.
Hasta hoy, el museo despidió a Peter Higgs, experto en arte griego antiguo, el director del lugar adelantó su salida, programada para 2024 y los mármoles que Lord Elgin robó en Atenas, siguen en su sala del British Museum, bueno, eso creo y si ya no están, fueron robados, regresaron a Atenas, están extraviados, están en restauración, fueron dañados y por eso no están en su sitio...vaya usted a saber.