¿Qué hacer cuándo se piensa en la procedencia del patrocinio a la cultura? ¿Solo agradecer su existencia? ¿Cuestionar cuándo se aprecia que hay irregularidades en el origen de los apoyos a la cultura? ¿Voltear a otro lado?
Las protestas contra los patrocinios tóxicos al Museo de Arte Moderno de Nueva York han puesto en la lupa el tema de los patrocinadores, sus contactos con el mundo del poder, la procedencia de los patrocinios al museo y la necesidad de sanear los prestigios de las instituciones culturales.
Desde enero de 2020, se han visto diversas formas de protestas contra la relación que mantienen algunos integrantes de la junta de patrocinadores del MOMA con personas e instituciones privadas relacionadas con la guerra, escándalos mediáticos o prisiones privadas.
El viernes anterior, manifestantes recorrieron algunas calles del centro de Manhattan para protestar ante la sede de BlackRock, de Larry Fink, Presidente del MOMA y luego intentaron entrar al Museo sin pagar los 25 dólares del boleto ni respetar los protocolos sanitarios por la pandemia del Covid-19, demandaron su derecho a ingresar sin pagar y manifestar dentro del museo su descontento con las políticas financieras de la institución.
Los manifestantes con el lema "Strike MOMA" pelearon con los guardias, hubo golpes de ambas partes y heridos.
Los que protestan demandaron que enviaron una carta a Glen Lowry, director del museo, una semana antes y que se les debió permitir el acceso con sus condiciones.
El museo no respondió a las demandas contra integrantes de la Junta de patrocinadores como Steven Cohen, Glen Dubin, Larry Fink, Steven Tananbaum y Leon Blackwater, los protestantes critican el hecho de que el Museo recibe dinero de empresas con problemas de conducta como contratistas en cárceles de Irak durante la ocupación militar de los Estados Unidos, escándalos mediáticos de personas como Jeffrey Epstein, relacionado con Larry Fink, o dueños de empresas para el control de fronteras en el sur del país.
Hay un origen del dinero y éste no siempre es grato cuando se analiza en la calle, Strike MOMA seguirá manifestándose en las calles de Nueva York todos los viernes hasta el 11 de junio.
Mientras tanto, algunos integrantes de la junta de patrocinadores han manifestado su deseo de no seguir en la junta directiva, artistas como Phill Collins, han retirado obra suya de los muros del museo, como "Baghdad Screentests".
Es un tema sensible, el arte como escaparate perfecto para suavizar la imagen de magnates de la guerra, los negocios privados de las cárceles, el negocio del racismo y otros sectores igualmente controvertidos.
Esto no es exclusivo de los Estados Unidos, lo sé, pero en las calles de los magnates se libra estos días una lucha entre los que quieren transparencia y los que apoyan al arte, pero, quizá, no siempre con dinero bien obtenido.
No sé qué pasará con este movimiento que se radicaliza cada día un poco más, es un grupo de ciudadanos nada significativo en la urbe multicultural donde todo lo que sucede repercute a nivel mundial, bueno ahora todo repercute en un minuto, pero en la gran Manzana, donde los museos son patrimonio real de la comunidad, el Strike MOMA es un movimiento social importante al debemos seguir la pista.