Ignacio García Castillo es un empresario del transporte público en la modalidad de taxi en Torreón, ex Regidor del Ayuntamiento de Torreón y ex militante del PAN. Hace algunos días, dueños de concesiones hicieron una conferencia de prensa (en la que Ignacio García fue vocero), en ella expusieron una serie de anomalías en las que supuestamente estaban incurriendo los conductores de unidades de plataformas digitales como Didi y Uber.
Denunciaban que no había "piso parejo" y que el servicio que prestaban las plataformas digitales representaba una competencia desleal y por ende, pérdidas económicas para el gremio que sí paga impuestos municipales.
En esa conferencia de prensa, el gremio transportista anunció la contratación de un despacho de abogados encabezados por Jesús Jasso (quien por cierto, fue Director del Autotransporte en Torreón, entre otros cargos) para que los representara en los actos judiciales que emprenderían en contra de los gigantes Uber y Didi en Torreón.
Los socios conductores (la contra parte) "saltaron" de inmediato y fijaron una postura clara:
Ellos estaban pagando impuestos a través de la plataforma a la que están suscritos y que además existen exigencias que deben seguir a cabalidad que por supuesto los taxis no cumplen, como el modelo de los automóviles (que no debe sobrepasar los cinco años de antigüedad), las comodidades, el seguimiento de la ruta a través del GPS del coche, además de la cacería voraz a la que se enfrentan constantemente por parte de la autoridad.
Esta columna va dirigida a Ignacio García, quien con regularidad hace uso del derecho de réplica de una forma puntual y explícita, por lo que le reitero:
Si los empresarios del transporte tradicional en Torreón y los socios conductores de las plataformas digitales imprimieran solo el 10 por ciento de la energía y los recursos a la reestructuración, modernización, capacitación de unidades y choferes, "otro gallo nos cantaría", pero en lugar de eso, contratan abogados,
litigan en medios de comunicación, tratan de defender lo indefendible.
La realidad está manifiesta: Hay una deuda muy seria de parte del autotransporte en Torreón y desafortunadamente nadie lo quiere reconocer, es más sencillo recurrir a la grilla, que expiar culpas con trabajo e inyección de recursos.