Fue un arma en la campaña presidencial, era el símbolo del derroche de anteriores gobiernos, pero ahora se ha convertido en el clavo que saca todos los clavos del gobierno de la 4T.
El Avión Presidencial se ha transformado en uno de los principales activos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Boeing 787-8 Dreamliner, que fue bautizado como TP-01 José María Morelos y Pavón, fue adquirido, bajo el esquema de arrendamiento, durante el gobierno de Felipe Calderón (2012) y fue usado por primera vez por Enrique Peña Nieto el año de su entrega, 2016.
Como si fuera un remedio casero, de esos que conocen las abuelitas, el avión presidencial resultó bueno para combatir todo tipo de padecimientos.
Su influencia ayuda a atajar males como el desabasto de medicinas en el sistema de salud.
Es excelente para ocultar la inseguridad que se vive en todo el país y eludir fácilmente las preguntas sobre la boda de la hija del Chapo Guzmán en la Catedral de Culiacán, a la que supuestamente asistió Ovidio Guzmán, sí, aquel del “Culiacanazo”.
El Dreamliner también tiene poderes curativos para hacer olvidar que la economía de México registra un retroceso que meterá en problemas a todos, pero ya nadie se acuerda.
El avión que tiene una capacidad para 80 personas en una cabina a todo lujo y que tiene un valor de 2 mil 900 millones de pesos también permite señalar a todos los adversarios, aunque entre ellos estén instituciones como el INE y desacreditar a quienes cuestionen las decisiones desde la presidencia.
La aeronave también tiene propiedades para promover la felicidad, con el buen humor presidencial. “El pueblo está feliz, feliz, feliz”, dice AMLO.
Nadie puede negar que la ocurrencia de organizar la rifa del Avión Presidencial es un éxito para esta administración, bueno, es que trae a todos distraídos y al gran público se le pueden olvidar los grandes temas del país.
Además mantiene las divisiones entre “el pueblo bueno” y los derrochadores que pasaron por las administraciones panistas y priistas.
Lo cierto es que nuestro Presidente salió bueno para organizar rifas. Aunque ¿no sería mejor que se ocupara de temas más importantes y se dedicara a dar resultados?
Mejor hay que “darles el avión” y que ya se pongan a trabajar.
