El cuadrangular es el batazo más esperado por los aficionados, es el poderío de la ofensiva en contra de la estrategia del lanzador para controlar la fuerza del batazo oportuno. Terminó la Serie Mundial 2021 y terminó a golpe de batazos de cuatro esquinas, pero por los de la Liga Nacional.
Tanto los Astros como los Bravos jugaron apegados a su estilo y a la forma como llegaron al clásico de otoño. La diferencia fue el bateo de poder y en el momento oportuno.
Así, los Bravos de Atlanta consiguen su cuarto título mundial y lo hacen 26 años de haber obtenido el tercero.
El picheo del sexto juego en el brazo del zurdo Max Fried, cuyo pronóstico no era alentador por su antecedentes en la serie, pudo contener a los Astros, lanzando seis entradas en blanco, y eso fue muy importante. Combinado con la buena ofensiva temprana de los del estado de Georgia.
Lo definitorio fue la actuación del cubano Jorge Soler, quien se voló la barda con dos en las almohadillas en contra del ponderoso Luis García en la tercera entrada.
Soler hace historia y más por su antecedente de haber dejado Cuba de manera ilegal para refugiarse en Haití, de donde saltó hacia la Gran Carpa. El violentísimo jonrón de Soler fue un batazo de 446 pies, uno de los más largos en la historia de 21 años del Minute Maid Park. Este fue el tercer jonrón conectado, empatando a dos jugadores más de la historia de los Bravos.
Al tiempo de convertirse en el JMV de la Serie Mundial. Sin que extrañen a su estelar Ronald Acuña.
Los Astros fallaron a la hora buena con su picheo; Framber Valdez y Luis García nunca estuvieron a la altura de unos abridores de los primeros juegos de Serie Mundial. Y esto se complicó con la lesión de antebrazo de Lance McCullers Jr., recuerdo de su serie contra los Medias Blancas. A Valdez le conectaron 4 jonrones y le anotaron 10 carreras, en tanto que García recibió 7 carreras, producto de tres jonrones de los Bravos en el último juego.
Los experimentados Carlos Correa, José Altuve, Alex Bregman y Yuli Gurriel perdieron su segunda Serie Mundial en cinco años, las dos veces en casa y en lo que tal vez pudo ser su última temporada juntos en la franela del equipo de Houston.
Lo que es cierto es que fue una Serie Mundial de alarido y en donde seguramente Hank Aron, el inmortal bateador de Atlanta, habrá disfrutado la definición del campeón del beisbol de las Ligas Mayores.
Bravo por los Bravos, que jugaron a ganar. Seguro estoy que este resultado le viene a bien al beisbol de las Mayores, debido a la gran historia de la franquicia y a que su afición celebre de nueva cuenta lo que es sentirse campeón.
Por cierto, el cántico de guerra en las gradas por la fanaticada de Atlanta es y será siempre algo muy significativo: El famoso “Toma Hawk Chop”.
La “chuleta de hacha de guerra” es una celebración deportiva más popularmente utilizada por los fanáticos de los Seminoles de Florida, los Bravos de Atlanta, los Jefes de Kansas City y el equipo inglés Exeter Chiefs.
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