Vivimos en un clima y una cultura de violencia y odio, estamos en el nivel de auto conservación, una nueva pandemia y la duda de sus consecuencias, descubre cada mañana, el anuncio de la tragedia.
La tradición literaria, esa que se construye de juegos arteros de inclusión y exclusión; lectores atentos, voraces, lectores asiduos y lectores intermitentes, en una palabra la estética de lo cotidiano, la que multiplica en barrios, villas, ciudades y comunidades (incluida la virtual), que todos banalizamos e interpretamos según la óptica particular, y según queramos explicar o engañar, con discursos y tomas de posición, que explican otra cosa y valoran integridades, comunión grupal, como afirman, espero desde su confinamiento, los que advirtieron según ellos, que AMLO, era de cuidado.
López Obrador señaló que los fideicomisos se manejaban sin supervisión, y sin rendición de cuentas como lo sostiene la actual Secretaria de Cultura, Hacienda y todos los que no fueron beneficiarios de manera directa, del lodo, que ahora apenas se enfrenta, la bandera izada: Beca dada ni Dios ni el preciso la quitan.
Ser becario es condena o salvación, lo sublime no está ahora a discusión. Será ético volver a evaluar con ligereza, lo perfectible o será que ellos, los imperfectos, los ajenos al grupo de creadores beneficiarios, no conocen inconcebible.
El exámen de conciencia, con si visión de preguntas: quién, qué, en dónde, a quién, cuantas veces, por qué, de qué manera, cuando. Es manipulación información insuficiente para emitir opinión, en medio de la turbulencia política, la pandemia y un largo etcétera, ominoso que quiere evitar el avance de la cultura, y eso según ellos, no existe en el sector.
Es polarización política, ya lo dijo algún vocero de los que no quieren pagar impuestos, que el gobierno se endeude, para eso son los empréstitos, los que no pagan impuestos no respaldan. (Ustedes los no becarios) nótese el entrecerrado, regularicen su actividad.
Los especialistas, músicos, pintores, escultores, actores, directores de teatro, directores de cine, si quieren quitar la corrupción, la intermediación, no las becas, son negocios de sobrevivencia, la solución es obvia no confundir irrenunciables con renegados, por favor. La inspiración no es un hecho menor, no es un arrebato, batos. Sin olvidar mi gratitud.
@aaperezcas
