Éste es uno de esos temas que cuando se dan, nadie comenta, pero cuando pasan los años y se ven los resultados, la gente se enoja.
Me refiero a algo que suena de flojera pero que es fundamental: los tiempos oficiales. Primero déjeme explicarle, de manera sencilla, qué es esto. Luego, por qué es importante. Y, por último, qué podría suceder.
En México, por diferentes circunstancias, la radio y la televisión, desde hace décadas, además de pagar impuestos y cumplir con un montón de requisitos, le tienen que entregar a las autoridades un porcentaje de su tiempo al aire.
Es una suerte de impuesto en especie donde, a lo largo de esos minutos, usted y yo vemos, básicamente, spots. Lo que le estoy diciendo no es cualquier cosa. Nada más en el caso de la televisión estamos hablando de 30 minutos diarios. ¡Media hora!
Cualquier canal, en media hora, puede producir lo que quiera: series, noticiarios, deportes. Es dinero que está dejando de entrar y que se reparte entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los órganos autónomos como el IFT, el Banco de México y el INE.
Aquí está el origen de muchos problemas, desde campañas absurdas que no le dejan nada a nadie hasta mensajes que le bajan el rating a las televisoras y radiodifusoras. Ojo: no todo ha sido malo, pero esto que de manera genérica llamamos tiempos oficiales es muy fuerte, cuesta, nos marca.
Imagínese el infierno de los concesionarios de la radio y la televisión de nuestro país. En los últimos años se quedaron sin el dinero que recibían por las campañas políticas, les bajaron el presupuesto de comunicación social de 10 mil millones a 3 mil 300 y les pusieron un montón de leyes que les impiden anunciar licores, cigarros y comida chatarra como lo hacían antes.
Por si esto no fuera suficiente, aún padecen las consecuencias del apagón analógico, de la llegada de las nuevas frecuencias, del impacto las redes sociales y del boom de las nuevas plataformas. ¡Está horrible!
Bueno, pues en medio de todo esto, hace varios días, Andrés Manuel López Obrador anunció que va a reducir los tiempos oficiales, lo cual es un notición.
¿Por qué? Porque es un acto de reconocimiento hacia los concesionarios de nuestra nación, y porque a algunos medios les va a permitir vender más y a otros aumentar su impacto, su influencia.
Atención: el Presidente solo puede reducir el porcentaje que le corresponde, que es de seis minutos diarios en televisión, pero si las cámaras se aplican y se llega a una reforma superior, la cosa se podría poner muy sabrosa para nuestros medios y se abriría un debate gigantesco. AMLO no necesita sus tiempos oficiales porque tiene las mañaneras. ¿Pero qué va a pasar con los próximos presidentes?
¿Qué va a pasar con la democracia en los tiempos de las campañas? ¿Cómo se van a enterar de ciertas cosas los mexicanos que no tienen acceso a las redes sociales? ¿Ahora entiende cuando le digo éste es uno de esos temas que cuando se dan, nadie comenta, pero que cuando pasan los años y se ven los resultados, la gente se enoja?
No lo pierda de vista. Son los tiempos oficiales. Son nuestros tiempos, también, como ciudadanos. ¿A poco no?
@AlvaroCueva