Pocas cosas son tan importantes como el estreno de la serie Scream Queens que se realizó el miércoles pasado, a las 22:00, por el canal Fox.
¿Por qué? Porque a pesar de que en los últimos días hemos visto cualquier cantidad de lanzamientos extraordinarios y nos hemos enterado de ene noticias fundamentales para la fuente de televisión, esta es la nota.
Scream Queens es una obra muy superior, el principio de algo grande, un punto y aparte en la historia de las series y mire que si algo se está haciendo bien en este momento es precisamente eso, las series.
¿Por qué si aparentemente solo se trata de una bobada de terror, humor y adolescentes?
Porque atrás de esa bobada de terror, humor y adolescentes se esconde una de las críticas sociales más feroces de todos los tiempos, el retrato más perfecto de lo bajo que hemos caído como sociedad.
¿Y en dónde radica esa ferocidad? En que esto no nos está llegando a través de la literatura, nos está llegando a través de la televisión.
Ahí es donde se está dando la nueva dramaturgia. Ahí es donde se está generando algo mucho muy poderoso.
Para no hacerle el cuento largo, ver Scream Queens hoy es como haber leído American Psycho en los años 90 o La hoguera de las vanidades en los 80.
Así de grande. Así de básica.
Lo voy a poner en antecedentes para que me entienda y aprecie la magnitud de joya que tenemos en canal Fox.
Scream Queens es como una película de terror juvenil tipo Destino final o Sé lo que hicieron el verano pasado con niñas y niños bonitos, muertes ingeniosas, suspenso, chistoretes y romances.
En resumen, es una tentación para uno de los mercados más grandes y más descuidados por la industria de la televisión de México y del mundo.
¿Pero qué ocurre en esta tentación? Que los responsables de este proyecto, entre cuchillada y calcinada, van colando cierto tipo de situaciones, cierto tipo de personajes y cierto tipo de elementos que obligan al espectador a ir más allá.
Conclusión: la gente entra para ver una tarugada y sale con la satisfacción de haber visto una obra maestra.
No le voy a vender trama, porque esto lo tiene que ver completo, porque lo tiene que ver completo, pero le voy a platicar una secuencia que es como para ponerla en las antologías de la televisión universal.
Imagínese que una chica muy bonita va a huir del equivalente 2015 de una casa embrujada porque no está dispuesta a traicionar sus principios éticos y morales.
Va a su habitación, comienza a empacar y en eso tocan a la puerta.
Obviamente es un asesino. Todos los sabemos. Esa chava no va a poder escapar. Tiene que morir.
La muchacha, como es 100 por ciento predecible, abre la puerta para que la maten y se topa con una entidad disfrazada de diablo a la que, por supuesto, no le vemos ni el rostro ni el cuerpo.
Lo más lógico hubiera sido que el diablo le disparara, la degollara o que le hiciera algo terrible, pero no.
¿Sabe lo que hace? Le manda un WhatsApp. Y ella, en lugar de gritar, correr, temblar o hacer algo para salvar su vida, se lo contesta ahí mismo. Frente a frente. De celular a celular.
Y en cuestión de nada, el diablo y su víctima se ponen a chatear sobre estupidez y media hasta que el villano le avisa que la va a matar.
Adivine lo que hace la chica: corre a su computadora a escribir un tuit para pedirle auxilio a sus seguidores.
No le voy a decir en qué acaba esto, pero es alucinante no del terror, no del humor. Es alucinante de lo que somos ahora.
Y tampoco crea que le estoy contando la escena clave o la secuencia más pintoresca del capítulo uno. ¡Para nada! Este conjunto de imágenes es uno más del montón, de lo más normalito que sale en Scream Queens.
¿Ahora entiende por qué le digo que ésta es una obra muy superior?
A lo mejor son lugares comunes de las redes sociales, chistes de internet, exageraciones, memes, pero nunca nadie los había trasladado a la televisión y eso genera efervescencia en el cerebro. ¡Es divino!
Sí, yo sé que a los freaks de la tele se les llena la boca mencionando que esta obra es de Ian Brennan (Glee), Brad Falchuk (Nip/Tuck) y Ryan Murphy (American Horror Story), estableciendo paralelismos con piezas anteriores y encontrándole tres pies a cada uno de los elementos que integran su magnífico reparto, incluyendo a nuestro paisano Diego Boneta (Alegrijes y rebujos).
Pero yo no quiero que usted se distraiga con eso, que convierta a la televisión en algo de pose.
Quiero que ame la televisión, que la viva, que la sude, y ya si usted quiere, que la piense, y esta serie es el pretexto perfecto para que lo haga.
En los últimos días hemos visto cualquier cantidad de lanzamientos y nos hemos enterado de ene noticias fundamentales, pero ninguna del tamaño de Scream Queens.
Aquí está la nota. Aquí está lo que usted debe ver. ¿A poco no?