Soy el crítico más feliz de México. ¡Regresa “Aventurera”! Pero regresa con una propuesta absolutamente maravillosa bajo la producción de Juan Osorio.
¿Sabe usted quién va a ser Rosaura? La inmensa Olga Breeskin.
Quiero que entienda la magnitud de lo que está pasando aquí. “Aventurera” es un clásico del cine y del teatro mexicano que nació de la pluma del maestro Álvaro Custodio y que ha alcanzado niveles francamente sublimes en más de una versión.
Es una historia de cabaret, una historia de barrio, una historia increíblemente vigente que denuncia la trata de personas y que abrió brecha en el empoderamiento femenino en una época en la que eso ni siquiera se mencionaba.
El papel de Rosaura, la villana, es más que mítico y sólo lo han interpretado las grandes diosas del espectáculo nacional. Estamos hablando de señoras, de leyendas como Andrea Palma y Carmen Salinas.
Olga Breeskin es la mujer que cambió la historia de las noches de cabaret en México. Ella es el sinónimo de todo eso y más, una figura importantísima que marcó a varias generaciones con su belleza, su valentía y sus talentos.
Porque Olga no sólo era y es bellísima. Baila ritmos que pocas estrellas pueden interpretar con ese nivel, canta muy bien, es capaz de arriesgar su vida domando a las fieras más salvajes y es una de las estrellas del violín más virtuosas que ha conocido el espectáculo panregional.
La fusión de Olga con Rosaura y “Aventurera” es uno de los más grandes aciertos que se le pudieron haber ocurrido al señor Osorio.
Es volverla a ver brillando en ese ambiente que la volvió tan famosa pero ahora transformada en diosa, en señora, en nostalgia, pero también en presente.
¿Quiere que le diga qué es lo más hermoso de todo? Que esta “Aventurera” será por y para el pueblo de México, para el barrio, en el meritito Salón Los Ángeles y en homenaje a Carmen Salinas.
No sé si usted sepa, si le tocó o lo recuerde pero Carmen adoraba a Olga y le hacía las más disparatadas imitaciones.
Olga toda gigante, curvilínea. Y Carmen chaparrita, regordeta. Me acuerdo y todavía me río.
Va a ser un auténtico acto de amor que hoy Olga le devuelva a Carmen todo eso que vivieron juntas recordándola como sólo una amiga lo puede hacer.
Tuve el gran honor de estar ayer en la mañana en la presentación de “Aventurera” y no sabe usted todo lo que sentí al ver ahí, en el escenario, a mi “Super-Olga” tan hermosa como siempre, vestida espectacularmente, iluminada con profesionalismo, bailando deliciosa y tocando el tema de “Aventurera”, de Agustín Lara, al violín.
Todavía me acuerdo y se me enchina la piel. Es como haber recibido toda la historia del espectáculo de golpe, como haber viajado al pasado, pero con toda la fuerza de 2024, con clase, con elegancia, con luz.
Olga Breeskin es hoy luz y estoy convencido de que volverá a cambiar la historia, ahora del teatro, con esta “Aventurera” que se estrenará en un par de meses con un montón de sorpresas, homenajes y promociones que poco a poco iremos conociendo.
Yo lo único que le puedo decir, porque lo vi ayer, es que esta “Aventurera” tendrá recursos que, por cuestiones tecnológicas, no tuvieron las anteriores.
Y que tal y como está pasando ahora con “Cabaret” y con el mejor teatro del mundo, viviremos una experiencia más inmersiva pero apoyada en la certeza que sólo dan los clásicos y “Aventurera”, insisto, es un clásico del cine y del teatro que urgía rescatar, que urgía rescatar así.
Muchas felicidades a Olga Breeskin, a Juan Osorio, a todos los demás productores, a los patrocinadores y a los directores de las diferentes áreas que integran esta propuesta. Les va a ir increíble. De veras que sí.