No tengo el gusto de conocer a Rodrigo García Sáiz. Debe ser un joven muy movido, muy trabajador pero, sobre todo, muy inteligente.
¿Por qué? Porque hoy se estrena en salas cinematográficas de todo el país su primera película y es tan bella, tan bella, pero tan bella que estoy convencido de que le espera un futuro maravilloso en la industria cinematográfica nacional e internacional.
Este hombre hace cine con el alma y tiene algo que desde hace mucho que yo no veía de una manera tan firme: sabe dirigir actores.
Vamos a decirnos la verdad: en el cine mexicano tenemos muchos muy grandes talentos, pero los que no están subutilizados tienden a repetirse.
Rodrigo García Sáiz los aprovecha al máximo, los saca de su zona de confort y los obliga a construir personajes preciosos, diferentes, con los que no hay manera de no conectar de este lado de la pantalla.
Sí es importante esto que le estoy diciendo porque su película no es el típico filme nacional o muy en la intensidad de la denuncia social, o muy en la frivolidad de la comedia romántica.
Es una especie de mosaico gigante donde aparecen y desaparecen un montón de personajes haciendo escenas muy cortas, pero particularmente brillantes, que se van sumando, se van multiplicando hasta dejarnos exactamente como nos dejaría una noche de lluvia.
Quiero felicitar a Paula Markovitch, la escritora, porque su guión es impecable desde todas las perspectivas.
Bajo un esquema narrativo convencional, esto sería un conjunto de cortometrajes. ¡Pero no! Ella los borda, los une, los separa, los hace crecer y al final todos explotan de una manera maravillosa.
¿Cómo se llama esto? “Lluvia”. Sería muy obvio si le dijera que es la historia de lo que le pasa a muchas personas mientras llueve en la Ciudad de México.
No. Para mí, esto se llama “Lluvia” porque los personajes son como gotas de lluvia que caen, rebotan y se funden.
E igual, le pusieron “Lluvia” porque la lluvia lo limpia todo, porque nada la detiene, porque nadie puede escapar a sus efectos.
Dele usted la interpretación que quiera pero luche con todas sus fuerzas por ir a su sala cinematográfica más cercana a gozar de este espectáculo y, de paso, apoyar la carrera de un nuevo equipo de creadores.
El “casting” va de lo magnífico a lo sublime. Estamos hablando de Arcelia Ramírez, Cecilia Suárez, Martha Claudia Moreno, Dolores Heredia, Tiaré Scanda, Karina Gidi, Morganna Love, Mayuko Mihei, Bruno Bichir, Mauricio Isaac y Krystian Ferrer, entre muchas, muchísimas figuras más.
Yo sé que ante este reparto hay elogios muy obvios, pero quisiera, con mucho respeto, hacer algunas observaciones:
Es un honor ver a una actriz trans triunfando como triunfa aquí Morganna Love. En serio. Yo sé que al principio su personaje podría tener una interpretación polémica. ¡Espérese al final! ¡Bravo!
Mauricio Isaac está haciendo la actuación de su vida. ¡Hasta miedo me dio! Lo mismo me pasó con Martha Claudia Moreno. Sí, la hemos visto en muchos contenidos, pero aquí, está grandiosa.
Y, ojo, si usted, como yo, ama las culturas asiáticas, cuando vea a Mayuko Mihei la amará por siempre.
¡Qué ganas de tener un programa de televisión completo para encerrar a todas estas actrices, a todos estos actores, y hacerlos hablar de lo mucho que dan en secuencias tan breves, tan “tiktokeras”, tan contundentes!
Por último, quiero mandarle un abrazo a Naolín Jiménez, Gilberto Miñón, Roxanna Castillo y toda la gente de arte porque es increíble la combinación de realismo y belleza, belleza chilanga, detrás de cada espacio, de cada toma, de cada momento.
Usted nomás póngase a pensar en lo que debió haber sido, para todos, hacer una película, un primer largometraje, con todas estas aristas, siempre de noche, siempre con lluvia. ¿En qué esquina les pongo el monumento?
Vaya al cine. Vea “Lluvia”. Le va a gustar. De veras que sí.