Tengo sentimientos encontrados con “El Mundial ¡qué importa!”, el gran programa sobre Qatar 2022 de Imagen Televisión.
¿Por qué? Porque me queda claro que podría ser el mejor “show” del Mundial de todo México, pero algo está pasando ahí que la experiencia es simple y sencillamente detestable, mala, nociva.
Le explico: no existe mancuerna más exitosa en toda la industria de la comunicación nacional que la de Eduardo Videgaray y José Ramón Sancristóbal.
Escucharlos en radio es lo máximo. Uno se ríe, piensa, debate, se informa. Son lo máximo de lo máximo. De veras.
Pero toda esa magia desaparece cuando uno los mira en Imagen Televisión y más ahora con este concepto.
Eduardo y “El Estaca” se ven incómodos, como atrapados, como haciendo algo por obligación.
¿Y qué es eso que están haciendo por obligación? Entregarle su programa a Javier Alarcón, a Pablo Carrillo y, en general, a un tema que se nota a leguas que no les cautiva.
Debe ser como una mentada de madre que seas un éxito, que tengas tu programa en televisión abierta privada nacional, después de uno de los noticiarios más vistos de todo país, y que tus jefes te digan: ahora lo vas a compartir con estos güeyes.
Y peor tantito: ahora vas a permitir que estos güeyes lleven la voz cantante y que tú sólo seas como su comparsa, como el pretexto para que se luzcan. ¿Sí me entiende?
Obviamente Eduardo y José Ramón son unos profesionales y se adaptan a todo, pero el resultado es una desgracia.
¿Me creería si le dijera que éste es el único “especial”, de todos los que tenemos de Qatar 2022, donde es descaradamente obvio que los conductores leen todo lo que dicen.
No tienen posibilidad de maniobra, de decir lo que sienten, de hacer uso de su agilidad mental. Es como el infierno.
¿Pero sabe dónde se nota horrible? Cuando alguno de ellos no está de acuerdo con los chistes que le ponen o con las interacciones que le marcan.
Yo no sé si Eduardo, “El Estaca”, Javier y Pablo se quieren, se odian, son “brothers” o les da lo mismo, pero ninguno se ve a gusto ahí.
Por si esto no fuera suficiente, esta propuesta se ve vieja, es poco creativa y representa un peligro para Imagen Televisión.
¿A qué me refiero cuando le digo que se ve vieja? A que se vale hacer lo mismo de siempre. Lo que no se vale es ser una de las televisoras privadas más poderosas de México y no invertirle.
Yo puedo entender que la pantalla se vea miserable en los medios públicos o en los canales pequeños de los estados, no en Grupo Imagen y menos en un evento que implica derroche como un Mundial de Futbol.
Por favor deténgase a ver, por ejemplo, esos momentos en que la producción recurre a su competencia, como a la figura de El Escorpión Dorado, para levantar aquello. ¿No se le hace patético?
¿En que me baso para afirmar que esto es poco creativo? En que cuando uno no tiene los derechos de algo, como los señores de Latinus, le echa ganitas y se inventa algo que brille.
Aquí, no. Es como si sus coordinadores “googlearan” videítos minutos antes de salir al aire, como si subieran lo primero que encontraran y ni los conductores estuvieran enterados.
En buena onda este título sí tiene severas broncas detrás, broncas que llegan a la pantalla. No me explico por qué nadie ha intervenido.
¿Qué le trato de decir cuando señalo que “El Mundial ¡qué importa!” representa un peligro para Imagen Televisión.
Que a nivel corporativo usted no puede tener a cuadro a una feminista como Pamela Cerdeira y a una figura como Yuriria Sierra, y un par de horas después a una mujer de adorno tal y como ocurre en esta mesa.
Eso manda un mensaje siniestro, de doble moral, de incongruencia. ¡Cuidado!
Gabriela Graf debería tener otra posición en este programa y evitar segmentos tan lamentables como el de “El burro que te escoge”. Hay algo que se llama dignidad que nunca se debe de perder.
Y si lo tuyo es la “coquetería”, definitivamente hay otros lugares y otros momentos para practicarla. Aunque aquello se llame “¡qué importa!”, sí importa.
¿Ahora entiende por qué comencé diciéndole que tengo sentimientos encontrados? El día que José Ramón y Eduardo hagan en Imagen Televisión lo que hacen en radio, México entero temblará.
Y si ellos hubieran adaptado aquello a Qatar 2022, no me quiero ni imaginar la fortuna que Grupo Imagen se hubiera metido al bolsillo. Pero así está gacho. ¿O usted qué opina?
Álvaro Cueva