“De viaje con los Derbez” es un clásico de Prime Video que siempre gusta, que siempre funciona.
Es un tipo de “reality show” muy difícil de hacer en nuestra región por la ausencia de familias públicas así, grandes y con un discurso, y por un montón de cuestiones culturales.
Nosotros, en Hispanoamérica, todavía tenemos algo parecido al pudor y no por el tema de la desnudez del cuerpo. ¡No! Es por el tema de los roles de autoridad, por la vulnerabilidad emocional, por lo que nunca decimos.
Por eso siento una admiración muy especial por Eugenio, por Alessandra y por todas las personas que aparecen en este emisión.
Me queda claro que no es un asunto de necesidad económica. Se necesita una valentía muy especial para hablar públicamente, por ejemplo, de cómo un papá le falló a un hijo o de cómo hay heridas que apenas están cicatrizando.
No es un juego y eso es lo más bonito de este contenido. Usted lo puede ver para reír, para divertirse, pero también lo puede ver para pensar, para aprender, para encontrar respuestas.
¿Por qué le estoy escribiendo esto? Porque se acaba de estrenar la nueva temporada de este concepto y estoy convencido de que, de todo lo que existe en el mercado, es una de las alternativas más oportunas.
Las razones son las siguientes: primero, todo gira alrededor de la Navidad. ¡Y estamos a nada de la Navidad! Es como un regalo, mil veces mejor que muchas de las películas de siempre.
Segundo, porque es un título que une a las familias. Lo podemos ver las mamás y los papás, pero también las niñas y los niños más chiquitos, y los jóvenes. Ya casi no existe nada así.
Tercero, porque es un programa positivo. Todos los valores que usted quiera encontrar, desde la unión de la familia hasta el respeto a los animales, los va a encontrar aquí.
Y cuarto, porque es una especie de bálsamo para los horrores por los que está pasando la humanidad entera.
Hoy que todo es división, odio, pobreza, tensión y política, qué bonito es poner Prime Video y comprobar que sí hay opciones, que todavía se puede convivir en familia, que podemos soñar con algo como lo que tienen los Derbez.
Ojo: no son perfectos, pero son honestos y eso no se paga con nada.
En el remoto caso de que usted no haya visto esta temporada o de que no conozca el concepto, le explico:
Desde hace algunos años, a Eugenio Derbez y su familia les da por salir de vacaciones a lugares increíbles mientas los van grabando.
El resultado es fantástico porque uno, como espectador, como que también viaja, como que también vive esas aventuras pero, al mismo tiempo, se entretiene, se entera de muy buenos chismes y puede llegar a crecer como ser humano.
No es un “reality” sencillo. Ya hemos visto accidentes. Pero es un buen “reality”.
Y es en este punto donde yo le tengo que mandar un abrazo a todas y a todos los involucrados en su producción porque no me quiero ni imaginar el infierno que fue grabar, esta última temporada, en un lugar con las condiciones climáticas de Finlandia en invierno.
Si Eugenio Derbez y su familia se estaban congelando, póngase a pensar, por favor, en los camarógrafos, en los iluminadores y microfonistas. ¡Qué bárbaros! ¡Mis respetos!
Luche por ver lo nuevo de “De viaje con los Derbez” en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.