Hay un mercado sediento de historias eróticas, de conflictos cargados de suspenso, de enigmas, de adrenalina.
Usted sabe, como los de las películas Atracción fatal, Acoso sexual y Una propuesta indecorosa.
A todas las mujeres y a todos los hombres que estaban ansiosos por ver algo así, les tengo una muy buena noticia: hoy, Netflix, estrena la temporada uno de Oscuro deseo.
Sí, estamos hablando de una serie en el mejor estilo de Bajos instintos, de La mano que mece la cuna, de Mujer soltera busca.
¡Pero quiere que le diga lo mejor! Es mexicana, una producción impecable de la casa Argos que nos remite, inmediatamente, a muchas de sus más valiosas aportaciones como Las Aparicio, La vida en el espejo y, por supuesto, Mirada de mujer.
No, Oscuro deseo no es una telenovela. No se asuste. Es una serie de tan solo 18 capítulos que ya la quisiera Fábrica de sueños para un día domingo de tan disruptiva, libre y sensual.
¿Sabe usted dónde comienza la disrupción? En el reparto encabezado por Maite Perroni, Erik Hayser, Alejandro Speitzer, María Fernanda Yepes, Jorge Poza, Regina Pavón, Paulina Matos, Leticia Huijara, Claudia Pineda, Esteban Soberanes y Magali Boysselle.
Sí, ya sé lo que está pensando: ¿qué tiene esto de maravilloso si son estrellas de diferentes orígenes haciendo serie?
No, lo disruptivo no comienza con esto. Es más, ni siquiera con las escenas de sexo.
Lo disruptivo está en las cosas que estos actores hacen aquí por primera vez en sus carreras.
Maite Perroni, por ejemplo, está irreconocible, inmensa, sublime. Nada qué ver con nada que usted le haya visto.
¡Qué gran decisión la de haber aceptado este proyecto! Es un giro radical a lo muchísimo que ya le habíamos visto tanto en series como en telenovelas.
Lo mismo les puedo decir de los demás actores y es que este tipo de contenidos no es muy común en México. Mucho menos en actrices y actores de esta generación.
En buena onda, sí tiene que hacer un esfuerzo por mirar ya este título, pero le voy a hacer una recomendación:
La primera vez que lo ponga, vea completos los episodios uno y dos. Cuando termine habrá llegado a un punto muy interesante a nivel revelaciones, consecuencias.
Y habrá admirado un espectáculo muy intenso tanto en fondo como en forma.
Ojo: Oscuro deseo no es tan telenovelera como Monarca, tan lúdica como El juego de las llaves o tan irreverente como La casa de las flores.
Su melodrama está entonado de otra manera, más hacia el interior de los personajes, más hacia Los puentes de Madison.
Creo que muchas mujeres y que muchos hombres, cuando vean esto, se van a poner a pensar en sus deseos, en sus frustraciones y hasta en sus pecados.
Y es aquí donde la producción, la dirección, la realización y los valores de producción juegan un papel fundamental.
Sin ser un derroche económico, Oscuro deseo tiene una propuesta estética que vale la pena estudiar, una propuesta donde la lluvia aparece cuando tiene que aparecer, donde los colores dicen cosas que se tenían que decir y donde todo: escenografía, música y vestuario, se nota que está estudiado.
Luche por ver ya Oscuro deseo. Hay un mercado sediento de historias eróticas, de conflictos cargados de suspenso, de enigmas, de adrenalina.
Yo pertenezco a ese mercado. ¡Atasquémonos con felicidad!