Desde la icónica glorieta de Bucareli que alberga al Reloj Chino se atisba una marquesina blanca vacía sobre un inmueble abandonado a media calle de Atenas, en el número nueve, a espaldas de la Secretaría de Gobernación. Llamábase El Patio ese centro nocturno, cuya última función encabezó en 1994 su estrella más emblemática, el gran José José, que con su muerte cierra ahora sí las puertas de aquel escenario, hoy un fantasma perdido en el corazón de la ciudad.
Con el postrero aliento del cantante de Clavería cierra también el siglo XX musical, el del género popular, que ya agonizaba con la partida de Juan Gabriel tres años atrás. Una época de dos generaciones de enamorados rinde hoy tributo en las calles, en los bares, en la mesa en casa y, por supuesto, en redes sociales y medios, nacionales y del exterior, a esa gran voz, apagada prematuramente por excesos varios, pero que impresionó a un tiempo a Frank Sinatra y a Billy Joel, a públicos argentinos y gringos, a los compositores Roberto Cantoral, Juanga y José María Napoleón como a Manuel Alejandro, Ana Magdalena y Rafael Pérez Botija, quienes escribieron piezas que hizo inmortales El Príncipe de la Canción.
Con la partida del gran José José, esa compañía invisible mas sonora de todo mexicano desde los años 70, El Patio fantasmal cierra sus puertas, ahora sí, definitivamente. Ahora viene el triste luto en el alma de la música popular, que baja, ahora sí, el telón del siglo XX.
¡Salud, Pepe!
@acvilleda