Después de una campaña basada en un libro y mensajes videograbados por lo menos desde un año atrás, Ricardo Anaya, la única carta visible del PAN para competir por la Presidencia de la República, hoy está escondido en Estados Unidos por las investigaciones que lo implican en los sobornos de Odebrecht para sacar la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
La persecución contra el queretano después de todo no cayó tan mal entre algunos círculos panistas que apuestan a otro rostro rumbo a las presidenciales de 2024, sabedores de que Anaya no prende y menos ahora en medio de líos judiciales por señalamientos de corrupción, y otros más aprovecharon el momento de agitación para hacer su jugada.
El problema con esta última facción es que se quedó en 1989, antes de la caída del Muro de Berlín, y después de esperar sus integrantes, agazapados, la mejor oportunidad, creyeron que no había mejor día que después del tercer Informe presidencial para lanzar una batida “contra el comunismo” de la mano con un impresentable socio: Vox de España.
Esas mismas voces que se encargaron de poner reflectores a las transas del partido español Podemos en México, al que se acusa de financiar a Morena aquí y a Nicolás Maduro en Venezuela, ahora organizan un acto público, fuera máscaras, y firman la “Carta Madrid” en la que básicamente acuerdan panistas y voxeros “detener el avance del comunismo en la Iberosfera”.
Atrapados en el tiempo acaso más atrás de aquel 1989 que provocó el colapso soviético, conspiracionistas atascados en la guerra fría de los años sesenta, nostálgicos del diazordacismo y el macartismo, de las redadas y la delación, los senadores panitas encabezados por Julen Rementería avergonzaron hasta a algunos de los suyos, como Xóchitl Gálvez y Gustavo Madero, quien ve un “corrimiento” a la derecha contrario a la intención de aparecer como una alternativa democrática.
Desactivado Anaya, porque se ve imposible que esté en condiciones de moverse con la justicia encima, el PAN luce hoy más extraviado que hace tres años y el disparate que protagonizó ayer una de sus facciones, la más primitiva, solo parece abrir espacios para que sea PRI y MC los que lleven mano en la alianza rumbo a 2024.
Alfredo Campos Villeda
@acvilleda