Los tiempos que corren obligan a hurgar en la memoria y los libreros para consultar referencias, refrescar conceptos y comparar escenarios en busca de una mejor comprensión. En ese rastreo ha reaparecido ¿Qué es la democracia? (Taurus, 2023), de Giovanni Sartori, una edición actualizada de la clásica de 1987 en la que el politólogo italiano abre un debate con los padres de los conceptos de esta forma de gobierno y sus detractores, de Rousseau a Locke, de Mills a Marx y de Aristóteles a los monjes medievales.
Dice Sartori que en inglés las ideas de autoridad y jefatura pueden ser expresadas por dos términos: rulership o leadership. El primero describe la “jefatura” en sentido fuerte, como coerción, mientras que el segundo es suave. “En realidad, leadership significa ‘guiar’ y, por tanto, mandar guiando (no mandar ordenando). Así, en inglés es fácil responder que la democracia se caracteriza por el leadership y no por el rulership. En castellano no está tan claro; tanto así que decimos líder. Pero esa aproximación no es suficiente.”
Argumenta el estudioso italiano que la democracia “no da todo el poder” a nadie y lo distribuye de diferentes maneras entre mayorías y minorías que confluyen entre sí precisamente en función del principio (regla) mayoritario. “De hecho no existe, en principio, ninguna contradicción entre principio mayoritario y mando minoritario. En la democracia como sistema de gobierno electivo es la regla mayoritaria la que ‘fabrica’ la minoría o minorías que la gobiernan”, dice.
Hay que considerar que Sartori aborda el tema desde los conceptos de mayoría como el universo que vota y minoría como esa élite que, a partir de esa elección, gobernará, con lo que deduce, retomando a Rousseau, que no es mando de la mayoría si se entiende y se pretende que el mayor número gobierne y que el menor número sea gobernado, lo que “es una tontería”.
Valga recordar también que, en su juego de contrarios, fórmula que concede con no poca reticencia, el célebre autor del ensayo Homo videns, fallecido en 2017, antepone el concepto de “autocracia” a la “democracia”, sistema que, por cierto, solo puede ser vertical, porque solo es horizontal la visión “anarquista”.