Dudo que haya sido con algún ánimo rijoso o con mala intención, pero el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha lanzado un dardo al corazón de la política mexicana justo el día en que un ex poderoso policía era declarado culpable de cargos de tráfico de droga a Estados Unidos.
El inocente mensaje salido de la cuenta oficial de Twitter del gobernante dice que Colombia ha avanzado mucho en la reducción del homicidio y todavía se puede hacer más, a propósito de una clasificación que cuelga como archivo adjunto, en dos cuartillas, sobre las ciudades más violentas del mundo en 2022.
De acuerdo con el reporte difundido por Petro, firmado por la organización Seguridad, Justicia y Paz, nueve de las primeras ciudades más violentas del mundo son mexicanas: Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana Celaya, Uruapan, Ciudad Juárez y Acapulco, solo “invadido” ese top ten, por decirlo de alguna manera, por Nueva Orleans en el octavo lugar.
Siempre atendiendo la tasa de incidencia a partir del número de homicidios frente al número de habitantes, Irapuato figura en el sitio 13, Cuernavaca en el 14, Cancún en el 29, Chihuahua en el 30, Morelia en el 31, León en el 38, Ensenada en el 44 y San Luis Potosí en el 50. Es decir, México ocupa 17 casillas del medio centenar que conforma la lista negra de los homicidios en el mundo: un desastre.
En cifras llanas, los casi tres mil asesinatos en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, representan la más alta del infortunado grupo, pero en proporción con su población queda en mejor posición que Tijuana con sus 2 mil 177 casos. Y si Petro celebra con ese tuit, que acabó pegando en México, es porque Colombia aparece hasta el escalón 32 con Cali, en el 37 Santa Marta y en fila del 47 al 49 Cartagena, Palmira y Cúcuta.
¡Qué lejos suena aquello de “colombianización” como sinónimo de ejecuciones sin tregua y qué cerca eso de “mexicanización” a la que aludió en su momento el papa Francisco, aunque luego se disculpara por su incorrección política y falta de diplomacia! Acá, sin embargo, hay prioridades como las marchas, la crisis en Perú, las corcholatas, los médicos cubanos, Cuauhtémoc Cárdenas, la Serie del Caribe de beisbol...
Alfredo Campos Villeda